La inflación bajó considerablemente después de dispararse el año pasado producto de la invasión de Rusia a Ucrania. El efecto de la fuerte alza de precios de las materias primas, especialmente del petróleo, se disipó. La combinación de políticas monetaria y fiscal restrictivas también ayudó a bajar las presiones inflacionarias, al punto que la inflación está muy por debajo del rango meta del Banco Central, entre un 2 y un 4 %.
En vista de la baja de inflación, el Banco Central redujo su tasa de política monetaria. Desde su pico del 9 % el año pasado al 6,5 % actual. Pero aún sigue siendo alta en términos reales, descontando la inflación (actual y esperada).
Si el Banco decidiera bajar más su tasa de política, y con ello influir para que las tasas del mercado financiero bajaran un poco más, habría un incentivo para mayor gasto e inversión y, con ello, algo más de dinamismo en la economía local.
El buen crecimiento que se observa en Costa Rica es, en su mayoría, debido al empuje de los sectores ligados al exterior. El resto de la economía crece muy lentamente, lo cual se nota, además, en la menor cantidad de personas con empleo. Tasas de interés no resolverían el problema, pero en algo ayudarían.
Pero si el Central bajara la tasa más de la cuenta, correría el riesgo de “recalentar” la economía. Mucho consumo, en relación con la capacidad de producción de la economía, implicaría un alza generalizada en precios. Y eso sería negativo para las personas que menos se pueden proteger contra la inflación (desempleados e informales).
Por otro lado, si bajara mucho la tasa de interés, podría provocar que la gente prefiera ahorrar más en dólares que en colones, y con ello presionar el tipo de cambio y los precios internos al alza.
Si fuera al revés, y el Banco dejara las tasas muy altas, la presión sería para que el colón se aprecie y perjudicaría la competitividad del país y mermaría las posibilidades de dinamizar la economía.
Como Ricitos de Oro, el Banco debe buscar que su política no esté muy fría, como para no permitir que la inflación se eleve mucho, ni muy caliente, como para que la economía se frene más de la cuenta y el colón se aprecie, sino apenas bien, para que inflación se mantenga en el rango meta, el tipo de cambio encuentre un equilibrio y la economía pueda crecer.
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El autor es economista.