La última vez que pasé por el cantón de Grecia, volví a sentir el encanto acogedor de sus cafetales, su agradable clima, sus paisajes de pesebre navideño y su hermosísima iglesia metálica, sin duda una joya arquitectónica.
Era una época en que la venta de vehículos usados se había convertido en una pujante actividad, caracterizada por una explosión de locales y un incesante flujo de compradores de todo el país, en especial del Valle Central.
Años después, en el tercer cantón de la provincia de Alajuela se respiran profundos aires de cambio, atizados por la apertura de cinco zonas francas que prometen generar muchas oportunidades de inversión y empleo.
Tal y como lo reseña un reciente reportaje de La Nación, el fenómeno Grecia está transformando esa comunidad en un nuevo polo de desarrollo que podría tener un efecto dominó en el resto de los cantones del occidente.
La construcción de enormes naves industriales propicia, a su vez, un repunte en la edificación de viviendas y áreas comerciales para atender la creciente llegada de personas en busca de alojamiento permanente.
Grecia está dejando de ser una ciudad dormitorio para convertirse en una ciudad receptora de mano de obra que aspira a colocarse en los puestos calificados y no calificados que ofrecen las transnacionales que se están instalando allí.
No obstante, el auge inmobiliario plantea una serie de retos que las autoridades locales y nacionales deben atender desde ahora para evitar un crecimiento descontrolado, como suele ocurrir en Tiquicia.
Por un lado, el asentamiento de nuevos pobladores inevitablemente causa presión en servicios básicos como agua, electricidad, internet, educación, recolección de basura, atención médica y seguridad.
Sería bueno que la Municipalidad y las demás instituciones se sienten a evaluar la capacidad instalada, hasta cuánto puede crecer y cómo se debe ejecutar el crecimiento en forma ordenada y eficiente.
Por otro lado, el MOPT debe apurar los planes para la ampliación de la ruta 1 antes del previsible aumento del transporte de materias primas, productos acabados y personas.
También será indispensable mantener en excelente estado las vías secundarias que comunican a los cantones de esa región e incluso considerar intervenciones mayores en tramos estratégicos.
En fin, el futuro pinta promisorio para Grecia y todo el occidente. Ojalá su proyecto resulte exitoso y sirva de ejemplo a otras regiones sedientas de oportunidades de crecimiento.