Llevamos más de 10 años de estar preocupándonos por el futuro del trabajo. Incluso antes de que se acuñara el término cuarta revolución industrial, personas como Ray Kurzweil y luego Singularity University hablaban sobre altos niveles de automatización que llevarían al desplazamiento masivo de puestos de trabajo.
Kurzweil aseguraba (no sé si todavía) que hacia finales de esta década las computadoras personales serían tan poderosas como el cerebro humano, y que las máquinas adquirirían conciencia. Fue una predicción bastante tétrica, y no creo que merezca mucha preocupación ni pensamiento.
Lo innegable es el avance de la inteligencia artificial generativa con una interfaz de usuario bastante amigable. Hoy día, casi cualquiera, armado de paciencia y una buena herramienta, crea textos, sonidos, imágenes y videos cuya calidad va desde espectaculares hasta basura.
Sin embargo, la calidad del contenido va en aumento. Las cantidades irracionales de recursos invertidos por toda clase de empresas sugieren que va a suceder bastante rápidamente.
Teniendo en mente que las predicciones tecnológicas a corto plazo suelen retrasarse y a largo plazo adelantarse, es posible estar seguros de que la tecnología va a tener un impacto en la naturaleza del trabajo de manera profunda e irreversible. Predecir cuándo es diferente.
Incremento de usuarios de la IA
No hay duda de que algunos trabajos desaparecerán. El ejemplo que siempre me viene a la mente son los choferes. La tecnología de vehículos autónomos existe hace bastantes años, incluso en algunas ciudades de Estados Unidos los taxis sin chofer cuentan con un historial de manejo mucho mejor que el de un humano.
En el mundo mueren 1,5 millones de personas en accidentes de tránsito; sin embargo, la regulación y la legislación se mueven despacito. La seguridad de la gente pareciera despertar menos interés que evitar las protestas de los choferes. Hace cinco años, estaba seguro de que mis nietos nunca iban a requerir una licencia de conducir; hoy no lo estoy.
La inteligencia artificial generativa es como una calculadora que en vez de utilizar números recurre a palabras e imágenes. Hace 60 años, estaba prohibido llevar calculadoras a los exámenes; en este momento, la proscripción nos parece irrisoria.
Las interfaces de lenguaje natural, adicionalmente, harán otros sistemas más determinísticos, mucho más utilizables y, por tanto, aumentarán los usuarios.
A un agricultor con un teléfono, se le posibilita comunicarse con una inteligencia artificial y enviarle una fotografía de la hoja de los tomates. La IA identifica el hongo y un sistema tradicional receta el fungicida en cuestión de minutos.
Mayor productividad humana
Seremos todos más productivos. Aquellos que rehúsen utilizar los sistemas de IA corren el grave riesgo de quedar relegados, no porque una IA realice su trabajo, sino porque los colegas que sí utilicen la nueva calculadora serán más productivos y, por consiguiente, se requerirán menos empleados para efectuar la misma cantidad de trabajo.
Es esencial diferenciar entre crear y generar. Todo lo que las IA generan es producto del entrenamiento, de ahí la trascendencia de hacer cuanto sea posible para limitar los sesgos en los datos para entrenar a los modelos.
Los resultados que la IA provee están basados en datos, pero la creatividad humana usa toda clase de insumos, ciertamente datos previos, pero también memoria sensorial: lo que desayunamos hoy e incluso cómo nos trataron cuando éramos niños.
En ocasiones no sabemos por qué se nos ocurrió algo, pues la creatividad es además divertida. La IA simula la creatividad eficazmente, pero no le es posible ser creativa como un ser humano, y ciertamente no se puede divertir en el proceso.
En general, a las IA les cuesta determinar cómo llegaron a una conclusión por la manera en que funcionan las redes neuronales (las cuales, por cierto, tienen 30 años de estar a punto de cambiar el mundo), y hay muchas aplicaciones de las cuales es necesario siempre producir el respaldo de una recomendación.
Ahora y en aplicaciones específicas, lo que hacen es ir dejando rastro conforme van procesando para luego recoger el rastro y ofrecerlo como respaldo. Si es suficientemente bueno, no lo sé.
Prepararse para el mundo con IA
Los más viejitos tendemos a pensar que el mundo del trabajo va a cambiar y que por dicha a nosotros no va a tocarnos. No recomiendo seguir durmiendo de ese lado.
Lo más difícil de predecir es cuándo van a suceder las cosas, y por tanto, hay que prepararse, familiarizarse con la inteligencia artificial, aprender cómo funciona y como sacarle provecho.
Lo peor que puede pasar no es que aprendamos y no la utilicemos, sino que la necesitemos y no lo sepamos. Es como que lo agarren a uno viendo para el ciprés.
La buena noticia es que la labor de prepararse es también divertida. El gran éxito de la IA se debe más a la calidad de la interfaz con el usuario que a las capacidades de la IA propiamente.
Hace cuatro años (antes del éxito de ChatGPT), LJ Rich puso a Los Beatles a cantar Call Me Maybe utilizando IA, lo cual demuestra que las capacidades ya existían, faltaba la interfaz. De hecho, LJ comenta lo tortuoso que fue el proceso, debido a la falta de una buena interfaz.
Roberto Sasso es ingeniero, presidente del Club de Investigación Tecnológica y organizador del TEDxPuraVida.