“Cada minuto de ejercicio cuenta”. He aquí una fórmula de la Universidad de Utah publicada por la revista American Journal of Health Promotion . Los investigadores llevaron a cabo el estudio con el propósito de conocer si cada minuto de ejercicio, “sin importar si solo es un minuto a la vez, contribuye a la salud de la persona”. Pareciera exagerado, dada la aparente falta de relación entre el tiempo, un minuto dedicado al ejercicio y el logro obtenido.
Sin embargo, la reiteración de los ejercicios ha demostrado su bondad práctica y, a la vez, ha constituido una gran noticia para todas las personas que, con disciplina, la han seguido. Esos pequeños esfuerzos consisten, como lo explica la autora del artículo, la periodista Debbie Ponchner, en nuestra edición de ayer, en tomar las escaleras, hacer los mandados a pie o estacionar el carro en el sitio más alejado, lo que, al final del día, marca la diferencia entre tener sobrepeso o no. No se trata de una receta simplista, sino de un beneficio para el corazón, si se realiza con disciplina.
Para mantenerse sano y conservar el peso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad física a la semana, divididos en lapsos de por lo menos 10 minutos continuos. Se comprobó que el ejercicio físico realizado en lapsos menores de 10 minutos puede contribuir a mantener la línea. Así dividieron la actividad física llevada a cabo por 4.500 voluntarios: ejercicios de alta intensidad por más de 10 minutos, ejercicios de baja intensidad realizados por menos de 10 minutos. Además, compararon la actividad física de las personas con su índice de masa corporal (IMC). Se concluyó que la práctica de ejercicio de alta intensidad, sin importar si se hace en períodos largos o cortos, contribuye a que la persona tenga un IMC normal.
Este estudio concluye diciendo que cada minuto de ejercicio de alta intensidad al día se relaciona con una disminución de un 5% del riesgo de ser obeso, en el caso de las mujeres, y un 2% en el caso de los hombres. La lección, termina expresando el artículo, es clara: no desperdicie las oportunidades de hacer más ejercicio… Al final, cada minuto de actividad cuenta.
Y esto es lo que cuenta, si, en verdad, lo que cuenta es la vida, la salud, la vitalidad, las ganas de vivir. Confieso que nunca había leído un artículo tan denso y pujante sobre el derecho a vivir y sobre la trascendencia de vivir con dignidad. Pero, qué tristeza, cómo malgastamos la vida y la salud, esos regalos magníficos de Dios, fuente y razón de la vida.
De toda vida, de toda la vida, de todas las vidas.