Plagado de incertidumbres certificadas por encuestas, el 50% de un electorado aturdido mira perplejo 25 opciones, sin lograr aún discernir el mal menor. Pero la figura de Welmer Ramos está sirviendo para enseñarnos que no todo es desconcierto. Al tiempo que el votante se debate en confusión, lo une una gran certeza: dar una despedida al PAC sin añoranzas.
Romántica en mi triple genoma, resuena en mi nostalgia Piano, una canción de Mina que mi mamá escuchaba. En italiano significa despacito. Mina cantaba “Ya que te vas, andate calladito”. Nada más apropiado para decirle adiós al PAC.
Por eso, es tan absurda la hipérbole con que Cruickshank, justo antes del total anonimato, fabricó sus últimos 15 minutos de atención, con un supuesto conato de golpe de Estado para librar al país de Carlos Alvarado. Sin comentarios.
El PAC fue una alternativa para muchos. Yo no lo vi así. De un amasijo variopinto de tránsfugas de todas las ideologías, era difícil hilvanar una opción coherente frente a los problemas del país.
Díscolos se agrupaban en un solo paquete pegado con saliva por la visión moralista mesiánica de un Savonarola, a quien, imitando a Manzoni, llamaremos el Innominato.
Entre su abundante cosecha de desatinos, tres grandes pifias quedarán escritas como tragicomedias en los anales de nuestra historia política. Primero fue el aguacate, una decisión proteccionista absurda que castigó al consumidor más pobre, haciendo de su consumo un lujo y, de paso, destruyendo el buen nombre del país, pendiente de una sanción internacional que pagaremos todos.
Pero, por lo menos, ese disparate tiene nombres y apellidos. Los demás siguen en el anonimato de Fuenteovejuna. Así están las pruebas FARO, que escarbaron a inocentes mentes infantiles la intimidad de sus hogares con interrogatorios exhaustivos durante varias horas, realizados a mansalva. Esa barbaridad no encuentra aún su autoría colectiva maestra. Ni siquiera nos ofrecen un chivo expiatorio.
Como cereza en el pastel, nada menos que el Inamu, institución garante de los derechos femeninos, hace de las turistas cómplices de sus agresores por su vestimenta o comportamiento de señales confusas que hasta se podrían llamar amabilidad. Habrá lectores que aportarán otras. Yo me quedo con estas como las tres insensateces de antología del PAC.
Velia Govaere, exviceministra de Economía, es catedrática de la UNED y especialista en Comercio Internacional con amplia experiencia en Centroamérica y el Caribe. Ha escrito tres libros sobre derecho comercial internacional y tratados de libre comercio. El más reciente se titula “Hegemonía de un modelo contradictorio en Costa Rica: procesos e impactos discordantes de los TLC”.