Columnistas

Escoliosis

Como caminante, soy como el personaje de César Aira que padecía una especie de sonambulismo y recuperaba la conciencia en callecitas extrañas que conocía bien porque todas eran iguales

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Caminaba por ahí con mucho cuidado, porque la escoliosis me está matando; ya se sabe: hombros desiguales, un lado de la cintura más alto que el otro, la caja torácica hacia fuera y un dolor de mil demonios.








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