En mis luchas femeninas, una queja muy frecuente de los hombres era por qué no había un día dedicado a ellos.
Gracias a una iniciativa atribuida a hombres de diferentes lugares, dichosamente, ya es oficial celebrar el Día Internacional del Hombre el 19 de noviembre. No menos importante es que se haya reservado el mes de noviembre para crear conciencia sobre la importancia de la salud masculina, y de ahí surge la palabra movember.
Seis pilares de la celebración, todos muy importantes, son la promoción de los modelos masculinos positivos, celebrar las contribuciones positivas de estos, centrarse —como lo señalé anteriormente— en la salud masculina, mejorar las relaciones de género (a lo que yo agregaría la importancia tanto del “he for she” como del “she for he”, pues solo así es posible el quinto pilar, que es la mejoría de las relaciones de género). El sexto pilar se refiere a crear un mundo más seguro para todos.
Es increíble que no haya conciencia de que el machismo hiere a las mujeres, pero inevitablemente también a los hombres. Para demostrarlo, citaré estos datos dramáticos, situación que, por cierto, subsiste en Costa Rica: según la Organización Mundial de la Salud, el 79 % de quienes se suicidan en el mundo son hombres, debido a factores multidimensionales que se desarrollan desde la infancia.
Así como de las mujeres la sociedad patriarcal espera erróneamente que asuman, o “con ayuda”, el trabajo doméstico y la labor de los cuidados, los hombres sufren presiones sociales, entre las cuales está ser el proveedor. Detrás de muchos suicidios está el dolor de haber perdido el trabajo o no poder mantener a su familia.
“Los hombres no lloran” es quizás uno de los conceptos sociales más destructivos que debemos eliminar, ya que el principio de la mutación emocional a la que los exponemos alimenta tabúes o temores al rechazo social y, por eso, no buscan ayuda emocional profesional cuando la necesitan.
Debemos avanzar y trabajar sobre los problemas señalados, pero hay otro también relevante: dar la misma importancia a la paternidad que a la maternidad, teniendo en mente que el avance contra las discriminaciones y los estereotipos es un triunfo para la totalidad.
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