FIRMAS PRESS.- Bajo la dirección del gobernador Ron DeSantis, el estado de Florida dio un enorme paso atrás en la enseñanza de la historia nacional y en la lucha por la igualdad racial.
El miércoles 19 de julio, la Junta de Educación del estado, en una reunión en la ciudad de Orlando, aprobó una serie de normas sobre la forma en que la historia de los afroestadounidenses debe enseñarse en las escuelas públicas.
Las normas requieren, por ejemplo, que se enseñe a los estudiantes floridanos que los esclavos aprendieron ciertos conocimientos o habilidades durante su servidumbre que, en ciertos casos, pudieron utilizar para su beneficio personal.
También establecen que al enseñar sobre episodios de agresión contra afroestadounidenses —como la masacre de Ocoee, en Florida, en noviembre de 1920, en la que turbas de hombres blancos asesinaron a decenas de afroestadounidenses para impedir que votaran—, se hable de los actos violentos perpetrados contra afroestadounidenses y también de los cometidos por afroestadounidenses
Las normas se aprueban después de la nueva ley promulgada recientemente por DeSantis que prohíbe que en las escuelas se enseñe que alguien es privilegiado o es oprimido por su raza o por el color de su piel, una ley cuyo evidente objetivo es adoctrinar a los estudiantes al negarles el conocimiento de la historia del racismo, al pretender borrar esa tenebrosa página de la historia estadounidense.
Historia sobre la esclavitud
Durante más de 400 años, según datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas, más de 15 millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas del comercio de esclavos llevados a la fuerza de África a las Américas, incluidos los Estados Unidos, a donde llegaron aproximadamente medio millón de africanos esclavizados o más.
Se calcula que solamente uno de cada seis esclavos sobrevivía a la inhumana travesía a través del Atlántico y a la brutal labor forzada en tierras estadounidenses.
“Quienes controlaron la trata transatlántica de esclavos obtuvieron enormes ganancias de la muerte, el sufrimiento y la explotación”, escribió Ban Ki-moon, secretario general de la ONU del 2007 al 2016, en un mensaje contra el racismo, publicado el 25 de marzo del 2010.
“Dirigieron la expulsión por la fuerza de millones de personas de sus lugares natales en África. Los traficantes y los dueños de esclavos sometieron a esos migrantes forzados y a sus descendientes a las formas más duras de maltrato físico, mental y emocional”.
El 25 de marzo es el Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Transatlántica de Esclavos. Pero las nuevas normas educativas aprobadas bajo el gobierno de DeSantis en Florida pretenden diluir la rememoración de uno de los mayores crímenes contra la humanidad cometido durante cuatro siglos.
Pretensión de borrar
Pretenden diluir el atroz legado de la trata de esclavos, que constituyó un golpe demoledor para África al separar familias y trastornar las economías del continente con la extracción a la fuerza de millones de personas en edad laboral. La esclavitud dejó un legado de racismo que perdura hasta nuestros días.
Las habilidades que los esclavos pudieron haber adquirido —como quieren inculcar a los estudiantes los miembros de la Junta de Educación de Florida— no pueden compensar ni remotamente las consecuencias inhumanas del régimen de servidumbre al que los africanos fueron sometidos en América y sobre el cual se basó gran parte de la creación de la riqueza nacional.
Para suprimir el racismo, para eliminar la inequidad y evitar que los crímenes raciales se repitan, debemos “no olvidar el pasado y honrar la memoria de las víctimas de la trata transatlántica de esclavos”, escribió Ban Ki-moon.
Las normas aprobadas por la Junta de Educación de Florida son un paso retrógrado en la dirección contraria, un intento de adoctrinar a los estudiantes borrando un episodio espantoso y cruel de nuestra historia.
Andrés Hernández Alende es escritor y periodista, radicado en Miami.