El Congreso de los Estados Unidos aprobó en agosto del 2022 la Ley de Chips (siglas en inglés de Creating Helpful Incentives to Produce Semiconductors) para estimular la producción de semiconductores, que se considera esencial para la seguridad nacional y económica.
La administración Biden procura asegurar su independencia tecnológica y de manufactura con respecto a China y favorecer el liderazgo de los Estados Unidos en esta industria. La ley responde además a las disrupciones en la cadena de suministro de semiconductores producidas durante la pandemia.
El 14 de julio, el gobierno estadounidense anunció la participación de Costa Rica en la ley a través de una alianza para explorar las oportunidades conjuntas de diversificación y crecimiento en nuestro de país de la cadena de valor de semiconductores.
De forma específica, EE. UU. colaborará con Costa Rica para atraer inversiones para la fabricación de semiconductores, identificar necesidades de desarrollo de fuerza laboral e infraestructura y aplicar medidas para cubrir esas brechas.
Esta noticia es un parteaguas para la política de inversión extranjera directa del país y es equivalente al establecimiento de Intel hace más de 25 años, que hizo que Costa Rica apareciera en el mapa global de la industria de los semiconductores, sentó las bases para la diversificación de nuestras exportaciones en manufactura de alta tecnología, se convirtió en un estandarte para atraer otros sectores de inversión extranjera directa e identificó las necesidades de preparación de la fuerza laboral, sobre todo, en carreras ligadas a ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
Reconocimiento
Este anuncio confirma la vitalidad de la propuesta de valor de Costa Rica para atraer inversión extranjera, compuesta por la educación y habilidades de la mano de obra, inversión en ciencia y tecnología, marco regulatorio, imperio de la ley, incentivos fiscales, huso horario, posición geográfica, plataforma de acuerdos comerciales, el mercado interno, la vocación de sostenibilidad, marca del país y, por supuesto, la dinámica de clústeres, como el de dispositivos médicos, servicios empresariales y de semiconductores y circuitos integrados.
Contrario a lo que algunos analistas manifestaron recientemente, la participación de Costa Rica en la ley resalta la capacidad del país para dar a conocer sus atributos a escala global y despertar interés en una amplia variedad de empresas y sectores productivos para establecerse en nuestro territorio.
Asimismo, demuestra habilidad para desarrollar oportunidades de empleo de alto valor para su fuerza laboral, diversificar sus exportaciones y continuar atrayendo actividades y empresas de tecnología y conocimiento.
La participación de Costa Rica en la Ley de Chips refuerza aún más las fuertes relaciones comerciales, tecnológicas y diplomáticas con los Estados Unidos.
La colaboración posibilitará posicionarse con mayor fuerza como un socio estratégico en la cadena global de circuitos integrados. Con ello, el país puede atraer más inversiones significativas del área de los semiconductores y las tecnologías de información y comunicación, potenciando así la economía y creando empleos de alto valor.
Tareas pendientes
Lo anterior no solo fortalecerá la economía costarricense y diversificará las exportaciones, sino también solidificará su papel como un aliado clave para los Estados Unidos en la región.
Para prepararse y aprovechar al máximo las oportunidades de la Ley de Chips, Costa Rica debe redoblar su inversión en el desarrollo de infraestructura adecuada, sobre todo, una mejora en la capacidad instalada y eficiencia en el suministro de energía y transporte.
Al mismo tiempo, debe expandir sus programas de educación y capacitación en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, y continuar ofreciendo programas de capacitación específicos en la fabricación de semiconductores, tecnologías de información y comunicación y ciberseguridad.
Para asegurarse de que las empresas sientan confianza para invertir aquí, el país debe continuar con sus esfuerzos en la protección de la propiedad intelectual y la ciberseguridad.
La participación en la Ley de Chips es un testimonio del compromiso de Costa Rica con el desarrollo tecnológico, de su habilidad para adaptarse a las cambiantes dinámicas del comercio y la tecnología globales, de su reconocimiento como actor importante en la cadena global de manufactura avanzada y su primacía en la política comercial y de inversión como herramienta geopolítica.
El autor es economista.