Desde la Clínica de Adolescentes del Hospital Nacional de Niños y la Asociación Pro Desarrollo Saludable de la Adolescencia, llevamos a cabo seis investigaciones, dando seguimiento al perfil de adolescentes escolarizados de nuestro país. La primera fue en 1991 y la última, en el año 2019, que incluyó una muestra nacional de 9.223 estudiantes de 101 colegios, urbanos y rurales, públicos, privados y técnicos. En todas estas investigaciones incluimos, entre otros temas, las prácticas y conocimientos de adolescentes en sexualidad.
En este tema específico, en todas las investigaciones encontramos debilidades muy importantes en los conocimientos sobre protección, para lo cual planteamos la necesidad de reforzar y enfatizar en estos y que los profesores encargados de impartir la clase fueran capacitados en el tema.
Algunos datos generales que aportan particularmente las investigaciones de los años 2013, 2015 y 2019 se podrían resumir de la siguiente manera: un 65% desconoce todas las medidas efectivas para protegerse de enfermedades de transmisión sexual; el 80% desconoce cuáles son los días fértiles de la mujer; el 65% no sabe que puede darse un embarazo cuando el hombre penetra la vagina sin condón aunque no eyacule; un 70% desconoce que puede darse también un embarazo si el hombre roza la entrada de la vagina, sin protección, ni penetración y sin que eyacule; el 50% desconoce que el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) puede transmitirse por la práctica de sexo oral sin condón; el 70% desconoce que el virus del papiloma humano puede transmitirse aun usando condón, y un 45% de los adolescentes no identifica la masturbación como un hecho propio del desarrollo sexual.
Se documentó, además, que el inicio de la actividad sexual coital es de un 16% entre estudiantes de la GAM y de un 26% en las provincias costeras, aproximadamente la mitad del promedio de la población en general, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Sexualidad. Lo anterior pone en evidencia que la sola escolarización parece ser un factor de protección para prevenir un inicio de actividad sexual desinformada temprana.
![Sexualidad adolescente](https://www.nacion.com/resizer/v2/ZVK75LT5CVC5PLI65TXWIDFYNE.jpg?smart=true&auth=d6c5bbf7863b1a5556a82a7449d023e68ec9dac82a735ac91c85590baa56c4ea&width=4676&height=3118)
De este total de adolescentes que inician la actividad sexual coital, el 50% lo hace entre los 13 y los 15 años, y un 11% antes de los 13 años (violación). En relación con el abuso en todas sus formas, el 11% de los adolescentes lo reportan y solo el 50% maneja la información de que los principales agresores son familiares o gente cercana.
Como dato adicional, el 50% reporta exposición a pornografía y, en el 55% de los casos, ocurre ente los 12 y los 15 años.
En medio de estas circunstancias, se ha dado una disminución significativa del embarazo adolescente, y tres hechos podrían estar relacionados en la explicación de esta buena noticia.
El primero de ellos es el Programa de Afectividad y Sexualidad del Ministerio de Educación Pública (MEP) que empieza en el 2012 y que, como lo mencioné previamente, muestra debilidades en conocimientos prácticos seguros, pero tiene otros contenidos que favorecen la interacción y la discusión de aspectos relacionados con la socialización saludable, la prevención de conductas de riesgo, la toma de decisiones, el respeto a la diversidad sexual y el empoderamiento femenino, entre otros. La combinación de todos estos factores y el hecho de la permanencia en el colegio actúan sinérgicamente como protección para adolescentes y explican el impacto positivo, que podría ser mayor, del Programa de Sexualidad y Afectividad.
El segundo factor, es el Proyecto Mesoamericano de Prevención del Embarazo Adolescente que comenzó en el 2013, centrado en las regiones donde la cantidad de embarazos era más elevada, con la creación de servicios amigables para adolescentes y la distribución de anticonceptivos de larga acción, como, por ejemplo, los implantes subdérmicos, y el tercero, la aprobación de la ley contra las uniones impropias, en el 2016.
Es por todo esto que en lugar de fortalecer todas las acciones previas, es contradictorio y frustrante que tantos años de esfuerzo para consolidar un programa de educación sexual, este desaparezca totalmente de súbito y sin ningún análisis ni evaluación. Es un insulto para estudiantes, educadores y padres de familia.
Uno pensaría que, si técnicamente se detectan debilidades, estas sean discutidas con profesionales capacitados. Sin embargo, tirar a la basura el Programa de Sexualidad y Afectividad es un contrasentido, conociendo las falencias que tienen nuestros adolescentes, las que obligarían más bien a reforzarlo, dada la complejidad, presiones y desinformación a que son sometidos a diario, particularmente en las redes sociales.
Alberto Morales Bejarano es médico pediatra, fue fundador de la Clínica del Adolescente del Hospital Nacional de Niños y su director durante 30 años.