En Estados Unidos, quien gana en el Colegio Electoral, y no por el voto nominal, es elegido presidente. Por eso, puede que ocupe la Casa Blanca quien obtuvo menos votos de la población nacional, como ha sucedido en este siglo dos veces: en el 2000 y en el 2016.
Para entender el sistema, hay que remontarse a las preocupaciones de los fundadores antes de integrarse en un país federal. Los estados con menor población temían perder importancia frente a los estados con mayor población, lo que llevó a una fórmula compleja que creó un sistema legislativo compuesto por dos cámaras y otorgó el mismo poder a todos los estados con dos representantes en el Senado (100 en total), mientras que la Cámara de Representantes distribuye a sus 435 integrantes según la población. El sistema es flexible en el tiempo, mediante un censo cada década.
El Colegio Electoral tiene 538 electores, y su integración es la suma de los 100 senadores, los 435 representantes de la Cámara y los 3 electores asignados al Distrito de Columbia (DC) por su peso político como capital. Para ganar las elecciones, se necesita la mitad más uno de los electores, cuyo resultado es el “número mágico” 270.
El sistema está lejos de ser perfecto, pero fue el fruto de la negociación de los fundadores. El resultado es que los estados pequeños tienen una sobrerrepresentación, y cada voto electoral representa menos población. Veamos cuántas personas representa un voto electoral en los 4 estados más pequeños: Wyoming (192.283), Vermont (214.359), Alaska (244.463) y Dakota del Norte (259.698); en tanto que en los 4 más grandes: California (732.189), Texas (728.637), Florida (717.939) y Nueva York (721.473).
Otra característica destacable es que, en 48 estados y en el DC, el ganador, aunque sea por un solo voto, se lleva la totalidad de los votos electorales del estado. La excepción son Nebraska y Maine, que optaron por un sistema proporcional que, en esta elección tan reñida, podría ser determinante, ya que, ante un empate de 269 a 269, el voto del segundo distrito de Nebraska podría definir al triunfador.
En algunos estados ya se iniciaron las votaciones por correo y las “elecciones tempranas”, que permiten votar antes de que finalice el proceso electoral e incluso antes de los debates.
La autora es politóloga, miembro del Advisory Board del Wilson Center en asuntos para América Latina.