Columnistas

La paradoja de San Petersburgo

La paradoja reviste especial importancia cuando la administración y supervisión prudencial de entes financieros se centran en el riesgo.

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Nada de paradójico tiene que Argentina haya sufrido para derrotar 2-1 a Nigeria en San Petersburgo. En este escrito me refiero a una paradoja que tiene que ver con esa bella ciudad rusa, fundada para servir de “ventana con Europa” y que a lo largo del tiempo ha cambiado de nombres como actor de cine hace de cónyuge: primero se llamó San Petersburgo (Ciudad de San Pedro), luego Petrogrado, después, con la muerte de Lenin, su nombre pasó a ser Leningrado y con la desaparición de la Unión Soviética, en 1991, retomó el nombre de San Petersburgo.

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