Columnistas

Las cartas de Obama y las fantasías de Trump

Cuanto más está un líder en el poder, menos probable es que lo contradigan: la longevidad en política engendra adulación.

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TOKIO – ¿Cuándo fue la última vez que se sentó a escribir una carta? No me refiero a correos electrónicos o mensajes de texto; tampoco cuenta algo que le dictó a una máquina o a un asistente personal. Me refiero más bien a una carta como las de antes, las que empezaban con “Querido Donald” o “Querida Hillary”.








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