La Contraloría censura al ICE por ser juez y parte en el suministro de electricidad, se lee en un titular de este periódico esta semana.
Esto lo dice porque un departamento del ICE calcula la demanda nacional de energía futura sobre la cual se estima cuánto será el crecimiento de la generación eléctrica, mientras otro departamento, del mismo ICE, decide cómo se asigna la producción de electricidad.
Dado que el ICE desempeña el papel de generador y de distribuidor en mercados donde hay otras empresas operando (es parte), cuando le toca el rol de planificador (juez) se crea un enorme conflicto de intereses.
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Tal es el caso, reciente, en que la demanda nacional de electricidad cayó fuertemente por la pandemia. En vista del sobrante, el ICE decidió no renovar los contratos a varios generadores privados, aunque sus costos fueran menores que los de algunas plantas propias. Es decir, prefiere centrarse en proteger sus operaciones en lugar de buscar la eficiencia.
Algo similar sucede con respecto a la división de telecomunicaciones del mismo ICE. Por un lado, compite con empresas privadas en telefonía e Internet (es parte). Por otro, controla varias bandas del espectro (es juez).
Particularmente, el ICE es «dueño» de las bandas donde podrían operar las redes 5G, por lo cual tiene la papa en la mano sobre el futuro del uso de las telecomunicaciones en el país.
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Pero, de nuevo, pensando más en los intereses de la institución y de sus empleados que en los de sus clientes o del país, el ICE se niega a ceder esas bandas para que el gobierno las asigne al mejor operador posible, a pesar de haberse establecido así en el Plan Nacional de Desarrollo de las Telecomunicaciones hace unos siete años.
No extrañan, por tanto, las declaraciones de la presidenta del ICE, Irene Cañas, quien resta importancia a la utilidad de la tecnología 5G. No quieren prestar el hacha ni picar leña.
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El problema de cuando se es juez y parte es que alguien se queda con la mejor porción. Al evitar la competencia en la generación eléctrica y las telecomunicaciones, las grandes rentas son capturadas por empleados, políticos y algunos privados ligados al ICE. Todo a costa de los ciudadanos, porque terminamos pagando la electricidad más cara y nos vemos privados del acceso a telecomunicaciones de mejor calidad, para lo que sea que queramos usarla.
El autor es economista.