El 9 de mayo la flamante administración encontrará un país navegando sobre una nueva ola pandémica. La cantidad de nuevos diagnósticos de covid-19 estará aumentando de un piso por el orden de los 650 diarios en Semana Santa a entre 700 y 1.200 diarios, en promedio, el primer día de la nueva administración, dependiendo de cómo transcurra el último mes de la administración Alvarado.
Mi pronóstico es que estaremos por encima de mil casos al día. La cantidad de personas hospitalizadas también estará en aumento, y el primer lunes de gestión habrá hasta 500 camas ocupadas con pacientes con covid-19, luego de haber llegado a un mínimo de 380 con posterioridad a la Semana Santa.
La cantidad de fallecimientos probablemente estará en un mínimo de cuatro o cinco diarios, en promedio.
En otras palabras, la nueva ola pandémica ya estará en Costa Rica, pero será relativamente incipiente al principio de la nueva gestión, y la opinión pública probablemente continuará en el estado de complacencia en que se encuentra actualmente.
Sin embargo, en el mes siguiente las cosas se pondrán feas rápidamente, y no les dará tiempo ni para acomodarse en sus nuevos despachos.
En un escenario de proyección pesimista, pero factible, hacia el 8 de junio los nuevos diagnósticos de covid-19 serán por lo menos 3.000 diarios y habrá unas 1.200 personas hospitalizadas, es decir, más que en el pico de febrero, aunque la ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos no sobrepasará la cifra de 150, pues las infecciones por covid-19 serán de menor gravedad.
En un escenario más benigno, la cantidad de personas hospitalizadas podría alcanzar las 600, pero en rápido aumento.
Al margen del valor predictivo de estas proyecciones —que no es alto— el punto de esta ensalada de cifras es que las nuevas autoridades no deben ni soñar con que se encontrarán con un escenario rosa, en que la pandemia ha quedado atrás.
No podrán darse el gusto de decir a la población que puede dejar de usar la odiosa mascarilla. Van a encontrar una situación problemática para la cual no hay soluciones fáciles. Deben prepararse con anticipación y, en lo posible, en colaboración con la administración saliente. Definitivamente no tendrán respiro.
Como nota al margen, las proyecciones que fundamentan este artículo son las que actualizo semanalmente en mi sitio web roserobixby.com. El elemento crítico de estas proyecciones es la tasa de reproducción R de la covid-19 en la población.
Esta tasa ha presentado una tendencia al aumento durante todo marzo, desde un mínimo de R=0,86 hasta el valor actual de 0,97. El escenario “pesimista” de la proyección postula que esa tendencia continuará, y hacia el 8 de mayo será de R=1,12, y se estabilizará en ese nivel.
El escenario más benigno es que el aumento no sea tan rápido y que la tasa se estabilice alrededor del 20 de mayo en R=1,06. Conviene señalar que también se incluye un improbable escenario rosa u optimista en el que la tasa no supera el umbral crítico de R=1, es decir, que no hay una nueva ola pandémica.
El autor es demógrafo.