SEATTLE– Cuando una enfermedad infecciosa ataca, cada día cuenta. Cuanto más tiempo lleve detectar, investigar y contener un brote, más vidas se pueden perder.
Por esto, debemos preparar nuestros sistemas de datos de salud pública para la próxima pandemia y renovarlos para enfrentar la actual. La covid-19 está lejos de haber terminado; en muchos países, está empeorando. Al invertir en tecnologías digitales ahora y publicar datos anonimizados online, los responsables de las políticas fortalecen su respuesta a la pandemia en curso y son capaces de actuar rápidamente cuando aparezca otra amenaza para la salud pública.
Un primer paso hacia una preparación más robusta contra las pandemias es el reporte de los datos de admisiones en los hospitales a las autoridades sanitarias nacionales a medida que llegan los pacientes.
Una cantidad inusualmente grande de admisiones, inclusive sin una prueba de laboratorio, puede ser la primera señal de advertencia de una nueva amenaza mortal. Reportar los datos de admisiones junto con diagnósticos, como neumonía, mejora el valor de este flujo de datos cotidianos y potencialmente permite que las autoridades sanitarias ataquen de raíz la próxima pandemia.
Los países también deberían construir sistemas que faciliten a los laboratorios reportar sus resultados en tiempo real. Después de la epidemia de SARS del 2002, China invirtió fuertemente en un sistema de reporte de enfermedades infecciosas vinculando a todos los hospitales del país directamente con las autoridades sanitarias centrales. Esto ayudó a las autoridades a ver resultados de laboratorio y diagnósticos de inmediato.
Las autoridades de salud pública chinas han utilizado anteriormente el sistema para investigar y contener brotes de gripe aviar (información que podría ser incluso más valiosa si las autoridades chinas la compartieran con el resto del mundo).
Ventaja digital. Este mecanismo no es perfecto. Cuando el virus SARS-CoV-2 que causa la covid-19 apareció por primera vez en China, el sistema empezó a fallar cuando las autoridades sanitarias locales demoraban el envío de los reportes. Aun así, digitalizar y vincular sistemas de reporte de enfermedades infecciosas es una inversión inteligente y dará a los países una mejor oportunidad de detectar la próxima pandemia.
Asimismo, en un momento en el que tenía menos recursos que hoy, China creó un sistema de datos nacionales rápido y mucho más avanzado que los de algunos países muy ricos. Este es solo un ejemplo de cómo los países de bajos y medianos ingresos pueden superar a los países más ricos con tecnología digital.
Ahora bien, mientras pensamos en prepararnos para la próxima pandemia, la actual se está acelerando. Necesitamos tecnologías digitales ahora para mejorar nuestra respuesta a la covid-19.
Por empezar, digitalizar las admisiones en los hospitales por covid-19 y los datos de laboratorio ayudaría a quienes toman decisiones a identificar y responder a las alzas de manera más rápida, potencialmente salvando más vidas e impidiendo la necesidad de confinamientos totales.
En muchos países, el reporte manual normalmente se vuelve más lento —ocasionando posibles demoras mortales— cuando el personal sobrecargado de los hospitales se toma un tiempo necesario de descanso los fines de semana y los feriados nacionales.
Luego, necesitamos hacer más para entender cómo están funcionando los tratamientos y las vacunas contra la covid-19, pero todavía carecemos de la información adicional que necesitamos para responder a estas preguntas.
Los países deberían comenzar de inmediato a rastrear a la gente que recibe ciertas terapias y vacunas. Después de controlar por edad, sexo, índice de masa corporal y otros factores que influyen en el riesgo de una persona de desarrollar la covid-19 grave, podemos usar los datos de tratamiento para entender si las terapias están mejorando la salud de los pacientes. De la misma manera, los datos de vacunación contribuyen a medir la eficacia de las vacunas y evaluar cuánto tiempo dura su protección.
Protección para las minorías. Las autoridades de salud pública también necesitan registrar y digitalizar datos clave para reducir la desigualdad. En muchos países, la covid-19 ha afectado especialmente a las minorías raciales y étnicas, debido a un racismo sistémico que limita desproporcionadamente el acceso de estas comunidades a atención médica de alta calidad, y hace que resulte más factible que los trabajadores esenciales corran un alto riesgo de desarrollar la covid-19 grave.
Dado que gran parte de la población del mundo todavía no está vacunada, la propagación de nuevas variantes de coronavirus más infecciosas amenaza con profundizar este impacto desproporcionado. Ocuparse de las consecuencias del maltrato pasado y actual de estos grupos —inclusive de las inequidades en materia de vivienda, educación, empleo, alimentos y justicia— es por lo tanto crucial, particularmente cuando se trata de garantizar el acceso a información de salud, testeos, vacunación y cuidado de calidad.
En el terreno de los datos, es crítico recoger información sobre la raza, la etnicidad, la edad, el sexo, el código postal y las condiciones sanitarias subyacentes de los infectados con covid-19, junto con datos sobre los resultados sanitarios. Esto permitirá a los responsables de la salud pública distribuir recursos donde más se necesitan y evaluar el impacto de los programas diseñados para reducir las desigualdades.
En los países donde está prohibido registrar datos sobre raza y etnicidad, los datos sobre nivel educativo e ingresos son útiles para resaltar las desigualdades durante esta pandemia y otras futuras.
Secuenciación genómica. Desarrollar la capacidad para llevar a cabo una secuenciación genómica amplia será de gran ayuda para anticiparse al virus. La secuenciación de datos nos dice cómo está mutando el virus y nos da una pauta para modificar las vacunas contra la covid-19 según sea necesario.
Como han demostrado los últimos cuatro meses, las variantes más transmisibles, y las variantes que evaden la inmunidad de una persona como resultado de una infección o vacunación pasada, están cambiando la trayectoria de la pandemia. Mejores datos de secuenciación genómica, brindados en tiempo real, servirán a las autoridades para descifrar dónde se necesita más el financiamiento, las vacunas y el apoyo hospitalario.
Los países de altos ingresos deberían intentar imitar al Reino Unido, que ha establecido un gran sistema de secuenciación genómica y comparte los datos de manera gratuita online. La Iniciativa de Genoma Patógeno de África de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, que está creando un sistema de reporte de enfermedades infecciosas a escala continental y una red de laboratorios dedicados a la secuenciación genómica, podría ser un modelo útil para las economías de bajos ingresos.
Los países también deben utilizar los datos de la secuenciación genómica para identificar brotes de covid-19 y entender sus orígenes, lo cual contribuye a detectar eventos superpropagadores y los lugares donde la transmisión ocurre con mayor frecuencia.
Datos sobre salud pública más rápidos y más detallados brindan una hoja de ruta para transitar las etapas restantes de esta pandemia y estar mejor preparados la próxima vez que llegue un virus como el SARS-CoV-2, o incluso uno aún más letal. No hay inversión más necesaria que esta.
Christopher J.L. Murray es profesor de Salud Global y director del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud en la Universidad de Washington.
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