Columnistas

Mi reforma fiscal

La influencia de los grupos sectarios ha convertido las reformas fiscales en ‘reformitas’, por ello, el déficit fiscal llegó al nivel actual.

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Por más de 30 años se han aplicado recetas fiscales para tratar de resolver el crónico déficit que aqueja al país y que, frecuentemente, desemboca en episodios críticos. Las pocas reformas tributarias siempre siguen el mismo patrón: empiezan siendo moderadamente ambiciosas, pero en el camino se van colgando todo tipo de intereses de grupos sectarios, que al final las descarrila o las convierte en reformitas simbólicas que apenas dan aire para sobrevivir unos años más, con escuálidos e insostenibles programas de contención de gastos, contraproducentes y carísimos programas de movilidad laboral y deterioro subsecuente en la productividad del sector público. ¿Cómo esperar resultados distintos cuando se hace siempre lo mismo?








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