Columnistas

Mundo de la fantasía

La posición del gobierno es políticamente débil

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Enteradas del fallo constitucional contrario a la “ley jaguar”, las masas enardecidas inundaron las calles y clamaron en coro la aprobación de esa ley. Y rodearon la Asamblea Legislativa. Y todos los diputados se hincaron pidiéndoles perdón. Y rodearon al Tribunal Supremo de Elecciones. Y los magistrados firmaron ahí mismo la convocatoria al referéndum. Y rodearon la Sala IV. Y los magistrados, arrepentidos, renunciaron a sus puestos. Y el pueblo, autoconvocado como el soberano, pidió al presidente elegir a los nuevos. Y el presidente de la República vio el masivo despliegue popular. Y, emocionado porque le comprobaron que no era un pueblo de pendejos, se puso a la cabeza de Costa Rica. Y proclamó el Año 1 de la Nueva Era de la Democracia Verdadera. Y exigió paz en las calles de ahora en adelante. Y el soberano, satisfecho, paz le concedió.








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