Columnistas

No hay ‘masculinidad tóxica’

De tanto pasarles la navaja ardiente de la “corrección política”, la piel de millones de hombres ya no está para la loción reeducativa, sobre todo si uno es blanco y heterosexual

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Dispararse a un pie es una forma remolona del suicidio. Hace unos días, una empresa de navajas de afeitar difundió un video que equivalió a dispararse a sí misma porque suscitó el rechazo de millones de sus compradores (video “The Best Men Can Be”, de Gillette). El anuncio ofrece escenas actuadas donde hombres acosan o ridiculizan a mujeres, y donde niños varones se golpean. Otros hombres intervienen para dar lecciones de civismo y “reconstruir” a los errados. Empero, el video recibió críticas. Una resalta el hecho de que dos hombres negros corrigen a dos blancos: ¿se habrían atrevido a invertir los “colores”? Otra crítica señala que las mujeres del video son tan pasivas, que deben ser defendidas por hombres. Más críticas arguyen que la compañía parece montada ahora sobre corrientes feministas, pero, antes, sus anuncios resaltaban tipos masculinos dominantes. Por nuestra parte, atribuimos buenas intenciones al video; entonces, ¿por qué ocurrió la gigante tormenta en las redes sociales?








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