Faltan pocos días para las elecciones y la misma pregunta que me da vueltas en la cabeza hace meses comienza a convertirse en una especie de tortura con cuenta regresiva: ¿Por quién voy a votar?
Mentiría si les digo que la gran cantidad de nombres en la papeleta presidencial me tiene en este terrible aprieto, porque la verdad es que hace tiempo descarté a un buen número de candidatos que no me simpatizan.
Tampoco ha sido por desinterés, pues he visto con atención la mayoría de los debates, he leído información sobre los planes de gobierno y le he seguido el pulso a la campaña, no solo por motivos profesionales, sino también por un deber ciudadano.
Lo cierto del caso es que todavía me encuentro entre el 41% de los votantes que están indecisos, según la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica.
Conforme dicho estudio, 25 de cada 100 indecisos podrían tomar la decisión el propio domingo 6 de febrero, es decir, frente a la urna. Yo espero no llegar a una situación tan extrema.
La semana pasada, en su columna semanal en La Nación, don Eduardo Ulibarri nos propuso una guía muy práctica y útil de 15 preguntas clave para decidir por quién votar.
Algunas tienen que ver con un aspecto fundamental en este momento, pero que los candidatos y sus comandos de campaña han descuidado o han esquivado en forma intencional.
A estas alturas del proceso, siento un enorme vacío en cuanto a la presentación de acciones concretas, realistas, estructuradas y medibles para impulsar la reactivación económica del país.
Decir solo lo que el pueblo quiere escuchar, exhibirse en las redes sociales, lanzar promesas vacías o replegarse por temor a perder puntos es una estrategia que, como lo evidencian los estudios de opinión, no da resultados.
Las circunstancias imponen un golpe de timón. Los aspirantes deben aprovechar los próximos días para mostrar con claridad y sinceridad sus cartas, si quieren ganar un cupo en la inminente segunda ronda.
Quienes estamos anclados en la duda estaremos muy pendientes de ustedes para evaluar, comparar y decidir. Les confieso que tengo algunas opciones finales en estudio; deseo ejercer un voto pensado y fundamentado.