Lo que mal empieza, mal termina. Es un refrán tan trillado, pero muy vigente en estos tiempos en que las ocurrencias y las revanchas parecen salpicar muchas acciones del gobierno.
Varias pifias de esta administración ilustran con claridad las consecuencias de tomar decisiones reñidas con la evidencia, los criterios técnicos y el razonamiento lógico.
Sin embargo, en esta ocasión, quisiera referirme a la descabellada idea de construir el nuevo hospital de Cartago dentro del campus del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec).
Tal y como era de esperar, el Consejo Universitario del Tec rechazó donar cinco hectáreas a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para que pudiera edificar allí el centro médico.
La solicitud la hizo Marta Esquivel, presidenta de la CCSS, sin que existiera algún estudio que certificara la idoneidad del terreno ni la factibilidad económica del plan.
Tal parece que la intuición, el ojo de buen cubero, la malicia indígena y la improvisación fueron determinantes para decidir dónde se quería construir ahora el hospital.
Bajo estos criterios, extraña que no se tomaran en cuenta otras fabulosas locaciones, como las ruinas de Cartago o la explanada de la basílica de los Ángeles.
Recordemos que la idea de construir en el Tec surgió luego de que el presidente Rodrigo Chaves desechó, basado en documentos equivocados, un terreno comprado en el 2011.
Su decisión trajo desencanto y enojo a los cartagineses, quienes desde hace mucho tiempo sufren debido a la saturación de los servicios del Hospital Max Peralta.
Pero también significó un golpe reputacional y financiero para la CCSS, la cual invirtió ¢1.594 millones en un terreno en El Guarco, que por razones poco claras ahora no podrá utilizar.
Lo curioso es que, meses después de la decisión del mandatario, la propia Auditoría Interna de la CCSS descartó una denuncia contra el proceso de adquisición de la propiedad.
Queda la duda de qué va a pasar. ¿Se insistirá en buscar un nuevo terreno? ¿Cuáles serán los criterios de selección? ¿Cuánto tiempo más se retrasará la obra?
Marta Esquivel dijo a los diputados que la Junta Directiva de la CCSS tomará una decisión a más tardar en enero del 2024. Si por la víspera se saca el día, es mejor prepararse para otro chasco.
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El autor es jefe de información de La Nación.