Alrededor del mundo, la gente dona cientos de miles de millones de dólares a organizaciones de caridad. Solo en los Estados Unidos, las donaciones de este tipo ascendieron a cerca de $450.000 millones el año pasado.
A medida que se acaba el 2020, tal vez usted o alguno de sus familiares esté sopesando hacerlo. Pero existen, literalmente, millones de organizaciones caritativas. ¿Cuál escoger?
Si es usted como la mayoría, querrá apoyar a organizaciones que le signifiquen algo, que hablen a su corazón. Quizás sea una que ayude a los niños de su comunidad, o un albergue local para personas sin casa donde ha servido de voluntario, o tal vez un museo sobre un tema que le apasione, o un lugar de culto por el cual desee mostrar su apoyo.
En Estados Unidos un 94 % de las donaciones se destinan a organizaciones que se ocupan de asuntos locales o nacionales.
Donar a una organización caritativa cuya labor nos conmueve es mejor que no donar a ninguna. Muy pocas son fraudulentas. Sin embargo, el problema es que seguir nuestro corazón no suele tomar en cuenta los estudios sobre qué organizaciones son las más eficaces.
Algunas harán un uso cientos de veces mejor de su donación —salvando o mejorando muchas más vidas— que las organizaciones de caridad típicas.
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Sopesando la ayuda. Por general, las organizaciones de caridad más eficaces ayudan a los más pobres de los países menos desarrollados del planeta. Por ejemplo, el evaluador GiveWell estima que el Malaria Consortium, una de las organizaciones que ocupa los primeros lugares de su clasificación y que trabaja en países de bajos ingresos propensos a sufrir malaria, puede proporcionar cuatro meses de medicina preventiva para niños de entre 3 y 59 meses por menos de $7 por niño. En promedio, esto salva una vida por cada $3.000 a $5.000 utilizados.
En contraste, una de las organizaciones caritativas que trabaja en los Estados Unidos y que GiveWell considera prometedora, el Programa Knowledge is Power, destina de $9.000 a $20.000 a mejorar el rendimiento académico de un estudiante al año.
Mejorar los resultados académicos durante un año puede ser decisivo, pero si eso cuesta tres o cuatro veces lo que cuesta salvar una vida, es evidente que no es un valor comparable para su donación.
Considerando las grandes diferencias en eficacia, importa mucho la organización caritativa a la que dé su apoyo. Los expertos estiman que incluso dentro del ámbito de la ayuda a los más pobres del mundo las organizaciones hacen 100 veces más bien para una cantidad dada que las organizaciones promedio, en términos de eficacia en función de los costos.
Si están en lo correcto, donar $100 a las organizaciones más eficaces que dan ayuda a personas en extrema pobreza puede lograr más que dar $9.000 a una organización típica que intenta hacer lo mismo.
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Altruismo eficaz. Esta forma de pensar se denomina altruismo eficaz. Quienes lo practican plantean que cuando damos deberíamos tratar de hacer rendir lo más posible nuestro dinero, igual que cuando compramos cosas para nosotros mismos.
Si todos donaran a las organizaciones caritativas guiándose por su eficacia, significaría una gran diferencia y se solucionarían varios problemas globales.
Pero es poco realista que eso ocurra porque dar es algo profundamente emocional. Y, por desgracia, nuestras emociones no son proporcionales a la cantidad de personas que podemos ayudar.
Ayudar a 100 personas no se siente 100 veces mejor que ayudar a una. Y ayudar a alguien al otro lado del planeta no se siente tan bien como ayudar a alguien más cerca, especialmente si podemos identificarlo, como un niño enfermo que se nos muestre en una foto.
Considerando esos obstáculos, ¿qué podemos hacer para hacer más atractivo el dar con eficacia?
Una nueva plataforma de donaciones ofrece una solución. GivingMultiplier.org motiva a los donantes a que dividan sus donaciones. Una parte va a su organización favorita, la que en lo personal más le importa. La otra parte se destina a una organización altamente eficaz recomendada por expertos. Y para multiplicar el efecto, Giving Multiplier añade fondos a ambas donaciones, ofrecidos por filántropos que desean motivar a que la gente done con más eficiencia.
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Donar con sentido. ¿Por qué funciona esta simple estrategia? Uno de nosotros, Lucius Caviola —que colabora con Joshua Greene, profesor de Psicología en la Universidad de Harvard— observó que la gente se siente casi tan bien con su donación cuando da $50 en vez de $100 a su organización caritativa favorita.
Por lo tanto, los donantes no pierden mucho por dar solo la mitad, lo que les permite dar la otra mitad a una organización altamente eficaz, algo que las personas opinan que tiene sentido.
Así, Caviola y Greene diseñaron Giving Multiplier como manera de que los donantes experimenten la sensación positiva de apoyar a la organización de su preferencia, mientras también donan a una organización altamente eficaz. Si, además, alguien añade dinero a sus donaciones para elevar sus efectos, se sienten todavía mejor.
No debiéramos esperar que todo el mundo se convierta en un altruista eficaz que dona exclusivamente por la evidencia de cuánto bien haga una organización caritativa con el dinero donado que recibe.
Para la mayoría, dar sigue siendo un acto emocional, principalmente. Pero es realista esperar que muchos se vuelvan altruistas eficaces a tiempo parcial, donando una parte con el corazón y otra parte juzgando lo que es más eficaz.
Si incluso un cuarto de todos los donantes usara esta estrategia, se podrían salvar y mejorar millones de vidas sin que los donantes tengan que abandonar a las organizaciones que sienten más próximas a sus afectos.
Peter Singer: es profesor de Bioética en la Universidad de Princeton y fundador de la organización caritativa The Life You Can Save.
Lucius Caviola: es investigador de posdoctorado en el Departamento de Psicología de la Universidad de Harvard.
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