No había pasado una semana del anuncio del gobierno de desechar el impuesto sobre los rendimientos de los fondos de pensiones, como parte de la propuesta hecha al Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando de nuevo los ahorros de los trabajadores aparecen incorporados al proyecto de ley de renta global.
Así, el retiro del Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROP), del Fondo de Capitalización Laboral (FCL) y de los fondos voluntarios de pensiones serán considerados como ingresos para el cómputo del impuesto sobre la renta.
La promesa del presidente, Carlos Alvarado, de no incluir las pensiones en el ajuste fiscal no fue más que eso. Atrás quedaron las frases del gobierno de que un complemento para la vejez «tiene una sensibilidad especial» y que escucharon «los argumentos y preocupaciones planteados alrededor de la propuesta … con respecto al ROP y la seguridad social».
Mayor daño al ROP. Como ocurre con los tiranos en las novelas de García Márquez, cada nueva propuesta es peor que la anterior. Con el impuesto a los rendimientos, la pensión del ROP iba a reducirse un 18,4 %. Ahora, con la renta global, bajarían hasta un 26,5 %, pues cada retiro se considerará un ingreso ordinario, aunque sea el fruto del ahorro de 20 o más años.
Tal parece que el ahorro se tornó en pecado en este país, pues un día sí y el otro también el gobierno enfoca su voracidad en ver cómo lo castiga con impuestos.
Por ejemplo, la ley aprobada apenas en octubre del año pasado, promovida por el diputado Eduardo Cruickshank (Ley 9906), autoriza a algunos pensionados a retirar el ROP en cuatro pagos del 25 % cada nueve meses.
Sepan estos pensionados: con la renta global, uno de los pagos tendrá que ser destinado a impuestos. Igual suerte correrá el retiro quinquenal del FCL, que está próximo a cumplirse, en mayo del 2021.
De lo que saque el trabajador, el ahorro de hasta un año y tres meses será para el gobierno. De este tributo, ningún trabajador formal escapará porque el ROP y el FCL son obligatorios. Por tanto, la única solución para evitar el pago es convertirse en informal, a lo cual ha recurrido una cantidad cada vez mayor de costarricenses en los últimos años, dados los cambios en las cargas sociales, regulaciones e impuestos.
Incluir el ROP en la renta global está tan mal diseñado que pagarían más impuestos quienes son más pobres. Para ilustrarlo veamos la Ley 9906: una mujer que se pensione a los 65 años retirará el ROP completo si el monto ahorrado a lo largo de su vida laboral es inferior a ¢5.100.000, pues ese dinero no le alcanzará para financiar una pensión complementaria de ¢27.200 al mes.
Ella nunca pagó impuesto sobre la renta porque solo ganaba el salario mínimo y está en el tramo exento. Sin embargo, con renta global, tendrá que entregar al Estado ¢1.351.500 (26,5 %) cuando retire el ROP, a pesar de ser pobre.
¿Qué pasa con las pensiones de lujo? No resultarán afectadas por la renta global, pues ya pagan la tarifa máxima permitida de impuestos y rebajas. La Sala IV estableció que el máximo deducible a las pensiones de lujo es un 55 % del monto bruto y la mayoría de ellas ya alcanzó ese porcentaje.
Pensiones voluntarias. Las pensiones voluntarias también están incluidas en el proyecto de ley de renta global. Sin embargo, el fisco no recaudará gran cantidad por cuenta de estas.
La razón obedece a que, a diferencia del ROP y el FCL, en los cuales los ahorros están cautivos, en los planes voluntarios sí es permitido el retiro anticipado. Así, los ahorrantes, ni lerdos ni perezosos, querrán que les entreguen todo antes de la entrada en vigor de la ley. El mensaje del gobierno está claro: retire el ahorro rápido o pague impuestos. El resultado es obvio, este producto de ahorro desaparecerá del mercado.
Por otra parte, el país pierde a un inversionista muy adinerado, pues, según estadísticas de la Supén, el 73 % de los recursos de los planes voluntarios están invertidos en bonos del Gobierno. A finales del 2020, los fondos voluntarios ascendían a ¢373.000 millones. De esto, el 70 %, aproximadamente, está a la vista, es decir, serán retirados de forma inmediata conforme avance el proyecto de ley de renta global en la Asamblea Legislativa.
Los fondos de pensiones, por tanto, deberán liquidar, cuando menos, ¢190.000 millones en títulos de Hacienda, cuyo efecto, sin lugar a dudas, será negativo sobre su valor y, de rebote, sobre las rentabilidades del ROP y del FCL, al tiempo que el costo de financiamiento del gobierno se incrementa. Nuevamente, tenemos a una administración disparándose en el pie.
Este retiro masivo se observó en el 2014 cuando Tributación intentó cobrar impuestos a las pensiones voluntarias, para lo cual fue necesaria una interpretación auténtica de la Ley de Protección al Trabajador a fin de aclarar que la intención del legislador fue exonerar esos fondos. El retiro también se dio en la administración de Laura Chinchilla, cuando en este mismo proyecto de ley de renta global se intentó incluir los fondos de retiro, pero finalmente no se produjo.
Importancia de las pensiones. Hay que entender que las pensiones no son un instrumento de ahorro ordinario. Las tendencias demográficas seguirán generando la disminución en el futuro de la pensión de la Caja Costarricense del Seguro Social.
El ROP y las pensiones voluntarias son los llamados a compensar esa caída. En Costa Rica, con mucho esfuerzo, fue posible concientizar a los trabajadores acerca de lo necesario que es contar con una pensión voluntaria para sostenerse en la vejez, pues la del ROP y la CCSS no serán suficientes para alcanzar un 50 % del último salario recibido.
Esto fue entendiendo por un grupo de trabajadores, que no son de altos ingresos, pues la mayoría aporta regularmente ¢50.000 o menos a un plan voluntario.
Por otro lado, de este ahorro nos beneficiamos todos, porque los países que más ahorran crecen y producen más empleos, lo cual es especialmente relevante para Costa Rica que, con excepción de Venezuela, posee la tasa de desempleo más alta de América Latina. Por ello, el ahorro hay que promoverlo en lugar de castigarlo.
El autor es economista, exsuperintendente de pensiones.