Rodrigo Cubero empieza a darnos luz de cómo será su gestión como presidente del Banco Central. Aunque en parte parece ser una continuidad de lo hecho por su antecesor, se notan algunas diferencias.
Don Rodrigo reafirma que el objetivo principal del Banco Central es una inflación baja y estable. La búsqueda de un mayor crecimiento de la producción se puede lograr a través de mantener una inflación baja, la cual facilita las decisiones de ahorro, consumo e inversión de las personas.
Cubero confirma que el Central mantendrá el esquema de metas de inflación para el cumplimiento de sus objetivos. Sin embargo, da a entender que utilizará, en mayor grado, las tasas de interés para el control monetario y, a la vez, buscará una mayor flexibilidad en el mercado cambiario.
Aun así, el nuevo presidente del Central reconoce, que si bien el mercado cambiario está actualmente en equilibrio, el entorno nacional e internacional no es tan favorable. A escala internacional, el panorama es menos benévolo: tasas de interés al alza en Estados Unidos, precios del petróleo más elevados y el inicio de una guerra comercial. A escala local, el enorme grado de dolarización del sistema financiero y la alta transmisión de movimientos del tipo de cambio a inflación son elementos que obligan al Central a moverse con cuidado.
Es decir, con Cubero se puede esperar un poco más de volatilidad en el tipo de cambio que con Castro, pero ello tampoco quiere decir que soltará el tipo de cambio de un solo tiro. Seguirá habiendo control de las “fluctuaciones violentas”, solo que la definición de violencia será un poco diferente.
Pero el condicionante más grande para el Banco Central es la situación fiscal. La incertidumbre alrededor de su solución pone muy nerviosos a los inversionistas. En caso de que estos decidan sacar del país sus inversiones en manada, porque no les gusta lo que sucede aquí, el Central no podrá evitar las fluctuaciones violentas del tipo de cambio, ni tampoco conseguir su objetivo de una inflación baja y estable.
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A don Rodrigo le toca lidiar con un Banco Central dominado por la situación fiscal. Una mejor coordinación con Hacienda por la captación de recursos ayudaría a quitar algo de presión a las tasas de interés. Pero el Banco Central podría ayudar, aún más, si promueve medidas que fomenten un sistema financiero más eficiente y estable. De eso sabe mucho don Rodrigo.