De pronto, ministros y exministros, diputados, exdiputados y una serie de personas con pretensiones de figurar y aparecer en negro y blanco se han lanzado contra don Ottón Solís Fallas, a raíz de su posible cargo como representante de Costa Rica ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Se están ensañando con alguien que a lo largo de su vida se ha distinguido por su honradez, su dedicación al trabajo y ética profesional. No creo que haya alguien que discuta esos valores.
No soy experta en la materia, pero sería, en todo caso, al presidente de la República y al Consejo de Gobierno a los que tendrían que dirigirse quienes no estén de acuerdo con el nombramiento. Pero tal parece que es más fácil criticar a don Ottón e incluso ofenderlo en lo personal.
Conocí a don Ottón por medio de don Alberto Cañas Escalante, escritor, primer ministro de Cultura y periodista de fuste. Cuando tuve el honor de colaborar con el Partido Liberación Nacional, como encargada de cultura, y por mi relación con la gente de esa área —pues años antes había sido periodista en La Prensa Libre y Excelsior—, decidí celebrar reuniones ocasionales en mi casa con gente del ramo.
En una de esas oportunidades, don Ottón llegó con don Alberto y me dio, para que las leyera (cuando tuviera tiempo) algunas poesías escritas por él.
Yo sabía que recién había concluido su carrera de Economía en la Universidad de Mánchester, en Inglaterra, pero no sabía de su interés en la literatura. Sus poesías eran muy buenas y me causó una grata impresión que un político y economista tuviera también talento literario.
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Después, pude observar cómo trabajaba Ottón en la formación de un partido con amplia cobertura de la situación económica y social del país. Don Alberto quería que yo me pasara al Partido Acción Ciudadana (PAC), pero yo, verde por siempre verde (recordemos: «Verde que te quiero verde»), me quedé donde siempre estoy.
Después (el tiempo pasa), he visto a don Ottón en su función política y social. Y ahora lo veo, blanco de las voces del odio y sujeto a toda clase de insultos. Me duele, eso sí, que personajes del campo de la política y de la economía despotriquen contra él, y no, ¡no me parece justo!
Creo que don Ottón Solís, por su formación académica en materia económica (que muy pocos de los que hoy lo insultan tienen) e interés en las artes y las letras, es siempre un excelente representante de Costa Rica.
montrejos23@gmail.com
La autora es periodista y exviceministra de Cultura.