El Campeonato Mundial de Fútbol es el acontecimiento deportivo más importante del planeta. A partir del 14 de junio, 3.000 millones de personas estarán pendientes de su desarrollo. El impacto y el legado del Mundial en Rusia se manifestará a través de la construcción de infraestructura —incluyendo hospitales, hoteles y facilidades de transporte—, la creación de empleos, el aumento del turismo, así como el impulso de la práctica del deporte.
Según el gobierno ruso, la inversión total en el campeonato ronda los $11.000 millones. La construcción de infraestructura y la organización crearán hasta 220.000 puestos de trabajo. Sus estimaciones predicen ingresos hasta por $30.000 millones, que para tener alguna perspectiva, equivalen al 50 % del producto interno bruto (PIB) de Costa Rica, pero menos del 1 % del PIB de Rusia.
Los efectos económicos de la organización de actividades deportivas globales han sido ampliamente cuestionados por economistas en el pasado. Está claro que estos son, a lo sumo, insignificantes.
En contraste, Stefan Szymanski, profesor de la Universidad de Michigan y autoridad mundial en la materia, sugiere que uno de los impactos más importantes de la organización de un campeonato de fútbol global es la promoción del sentimiento de bienestar colectivo.
En un estudio del 2008, Symanski y sus colegas determinaron que la organización de un Mundial tiene mucho mayor efecto sobre el sentimiento de bienestar colectivo que el éxito deportivo en sí mismo. Entonces, aunque en términos relativos el impacto económico de la Copa del Mundo en Rusia será escaso, la apuesta del gobierno para ser sede le puede traer grandes réditos políticos al régimen.
El triunfador. Economistas especializados en el deporte han tratado de responder a la pregunta, con la cual titulé este artículo, desde hace varias décadas. Existe consenso en que el éxito deportivo a escala global depende del tamaño —población y riqueza—, la tradición deportiva y la localía.
Una población grande supone una mayor cantidad de talento de donde escoger, al tiempo que naciones más ricas tendrán más ciudadanos con tiempo y más organizaciones promoviendo el deporte. Estados Unidos, China y la India demuestran que no basta con ser rico o grande para tener éxito en el fútbol. Se necesita tradición.
Según este modelo, Alemania debería dominar el fútbol mundial: es grande, rica y el fútbol es su pasión. Ciertamente, lo hace. Es el equipo que más juegos ha disputado en las Copas del Mundo y más goles ha anotado. De 18 participaciones en mundiales, Alemania ha estado en el podio en 12 ediciones. Su palmarés incluye 4 campeonatos, 4 subcampeonatos y 4 terceros lugares. Las posibilidades de revalidar el título son enormes.
Sin embargo, afortunadamente para el espectáculo, el fútbol permite que haya equipos “sorpresa”, que obtienen resultados por encima de su tamaño y riqueza. Uruguay es el mejor ejemplo. En 11 participaciones, ha sido campeón 2 veces y en 5 ediciones ha estado entre los cuatro primeros lugares. En la tabla acumulada de todos los Mundiales, Uruguay ocupa la posición número 9. Chile y Costa Rica, en menor medida, son casos similares. Chile ocupa la posición 20 y Costa Rica la 29.
¿Cómo se explica que estos tres países pequeños superen en el fútbol a naciones mucho más grandes y ricas?
Como he comentado en artículos anteriores, el desempeño de un país no debe medirse exclusivamente en términos económicos. El índice de progreso social (IPS) es una medición del desempeño de una sociedad y refleja cómo una nación convierte sus ingresos en bienestar colectivo. Se parte de la premisa de que el PIB no es el destino, sino un instrumento para alcanzar metas sociales y ambientales.
En efecto, cuando observamos el desempeño de Chile, Uruguay y Costa Rica en el IPS, nos encontramos que ocupan los lugares 25, 31 y 28, respectivamente, a escala global, y lideran la tabla en el ámbito latinoamericano.
Al igual que en el fútbol, estos tres países tienen un desempeño superior a naciones mucho más ricas. Estudios del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible demuestran una importante relación entre rendimiento en la Copa del Mundo con el desempeño en educación primaria, acceso a educación superior y tolerancia e inclusión, pilares del IPS.
¿Cómo le irá a Costa Rica? Si hacemos una predicción de los resultados de Costa Rica en Rusia 2018 de acuerdo con la posición en el IPS, deberíamos vencer a Serbia ( posición 45) y a Brasil (43), y es probable que perdamos con Suiza (5). Jugaríamos en segunda ronda contra Alemania (13), partido de pronóstico reservado. Disfrutemos.
El autor es director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible del Incae Business School.