En el artículo «Más virus que estrellas en el universo», publicado en la revista «National Geographic», la periodista Eva van den Berg afirma que «la cantidad de virus que hay en la tierra es tan colosal como desconocida».
Estos agentes infecciosos tan ubicuos, porque ni son organismos vivos ni seres inertes, solo pueden replicarse utilizando la maquinaria reproductiva en el interior de las células.
Están presentes en todos los ecosistemas y aunque tampoco poseen un medio de locomoción propio son movilizados por el caminar de los huéspedes, pero, si se encuentran en la atmósfera, se dispersan adheridos a las partículas aéreas por millones.
Parasitan las células de todo tipo de organismos variados, como plantas, hongos y protozoos. Hay tantos virus y tan diversos que son difíciles de combatir. Para propagarse, escapan de la célula, a menudo rompiendo la membrana, para esparcirse por el organismo y colonizar todas aquellas células que puedan penetrar.
En los ecosistemas acuáticos se encuentran en forma abundante y en el mar constituyen el grupo más numeroso. Un estudio del 2019, basado en los datos obtenidos durante una expedición oceanográfica llevada a cabo entre el 2009 y el 2013 a bordo del velero Tara, se catalogaron 195.728 tipos de virus.
Lo sorprendente es que años atrás se pensaba que en los océanos no había virus. Ahora sabemos que existen billones y que desempeñan un papel esencial en el funcionamiento de los ecosistemas marinos, pues eliminan entre el 20 y el 40 % de las bacterias. No hay duda de que influyen en los ciclos biogeoquímicos del océano, tanto por su capacidad de secuestro de carbono como por el intercambio de gases con la atmósfera.
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Según David Pride, microbiólogo de la Universidad de California en San Diego, «hasta 380 billones de virus habitan en nosotros cuando estamos sanos, junto con otros muchísimos y variados microorganismos», lo que sugiere que los virus desempeñan en nuestro cuerpo funciones que van más allá de ser tan solo «los malos de la película».
Desde hace millones de años los virus habitan en las entrañas de la naturaleza y se perpetúan propagándose entre los distintos organismos con los que comparten su entorno, ya sea infectándolos o mediante especies intermediarias.
Un aspecto valioso de anotar es que durante la mayor parte del tiempo que los humanos llevamos en la tierra la mayoría de los virus han vivido alojados en animales que no estaban en contacto con las personas gracias a la barrera generada por los sistemas naturales; sin embargo, lamentablemente, esta zona fantástica de amortiguamiento la hemos ido destruyendo, y no hay duda de que en la medida en que vayamos alterado los entornos salvajes vendrán nuevas epidemias y pandemias, y causarán mortandad en el planeta.
El autor es salubrista público.