Felicitaciones a Gisela Sánchez Maroto por su elección como presidenta del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Le deseo el mayor de los éxitos. Como exdirector por Costa Rica, me permito citar algunos de los retos que encontrará.
1. Gobernanza: El BCIE se desvió del rumbo y debe retomar la misión y visión originales, establecidas en su Convenio Constitutivo. El Banco debe volver a enfocarse en la promoción y el acompañamiento financiero y técnico de iniciativas que hagan aportaciones significativas no solo al desarrollo, sino también a la integración de los ahora 15 países miembros.
Igual que otros exdirectores, tengo muchas reservas sobre la contribución de las operaciones políticas para el desarrollo (OPD), como instrumento útil para alcanzar esos propósitos.
El BCIE acumula varias malas experiencias con esta modalidad de préstamos, pues recursos fueron desviados y no utilizados de la manera debida. Entiendo que el Directorio también tiene reservas sobre la efectividad de estas.
2. Parsimonia en el manejo de los recursos: Los recursos que maneja el BCIE pertenecen a los contribuyentes de sus países miembros. Como tales, deben administrarse con eficiencia y eficacia en todo momento.
Una buena gestión del Banco contribuirá a fortalecer sus indicadores financieros y creará condiciones para mejorar su calificación crediticia. Al acceder a recursos en los mercados internacionales en mejores términos, hará posible que el BCIE traslade mayores beneficios a los países que hacen uso de sus instrumentos financieros.
3. Máxima transparencia: El BCIE debe actualizar su normativa interna para promover la publicidad, competencia y rendición de cuentas en sus operaciones activas y pasivas, en sus presupuestos de ingresos y gastos, y en los de sus cooperaciones y proyectos financieros.
Debe responder, expeditamente, a las solicitudes de información que recibe. Dos meses para contestar no es un plazo razonable. Ignorar las solicitudes de información es aún peor que lo anterior.
4. Perfeccionamiento de controles: Los controles del Banco deben revisarse para asegurar que sean precisos, comprensibles, flexibles, oportunos, económicos y estratégicamente localizados.
Las operaciones financieras deben ser fáciles de monitorear. Los procedimientos de auditoría deben elevarse al nivel de otros bancos multilaterales de desarrollo, como el BID y el Banco Mundial.
5. Gestión de la reputación del Banco: Un reto inmediato para la nueva presidenta es gestionar el daño a la reputación que ha venido sufriendo el Banco, por sus problemas de gobernanza, el aumento en la concentración de cartera, la falta de transparencia hacia el interior y exterior y el desvío de recursos de algunos de sus préstamos y cooperaciones para fines no autorizados. Esto último, a pesar de la existencia de controles (que deben reforzarse) y de cláusulas anticorrupción en las políticas institucionales.
El autor es economista, exdirector por Costa Rica del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
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