El 2021 estará marcado por los que tendrán acceso a la vacuna contra la covid-19 y en qué momento, puesto que el país que más rápido inocule a su gente estará en la lista de los ganadores.
Aquellos que duren más sin duda sufrirán mayores pérdidas de vidas. De ahí que la experiencia de Israel represente una gran lección de capacidad de negociación y pronta ejecución, con visión y oportunidad.
Ese país del Oriente Próximo, en pocas semanas, consiguió que el treinta por ciento de su población esté vacunada, cantidad nada despreciable, y la siguiente meta es la vacunación en el menor tiempo posible de un gran porcentaje de los ciudadanos mayores de 16 años.
En la carrera por obtener la vacuna no es suficiente contar con el dinero para pagarla, pues la capacidad de producción de las farmacéuticas es superada por la amplia demanda en el mundo, nada menos que casi 8.000 millones de personas que, con excepción de los menores, requerirán las dos dosis urgentemente.
Nuestro país es un ejemplo de lo anterior, si bien contamos con un contrato y los fondos para comprar el producto, la proveedora, de manera imperdonable, retrasó las entregas convenidas aduciendo problemas de logística para aumentar su producción, según explicaron autoridades del gobierno.
¿Cómo pudo Israel superar a otros países en una competencia por el acceso privilegiado? Negoció con una casa farmacéutica compartir con ella datos de la población vacunada, como edad, género y reacción a la vacuna, convirtiendo a su país en un piloto de millones de personas, eso sí, protegiendo la información y datos confidenciales de sus habitantes.
Sin embargo, en Israel hay varios cuestionamientos. Uno de ellos es el costo de las vacunas, que se asegura es más alto que el de otros países; no obstante, parece que fue una buena decisión en beneficio de la población, puesto que desplegó sus capacidades de ejecución y logística necesarias para inocular a millones de personas en unas pocas semanas.
En contraste, la administración estadounidense de Joe Biden echa de menos un plan de vacunación nacional y tuvo que empezar de cero. En Costa Rica es recomendable aprender de la experiencia israelí para nuestro beneficio.
La autora es politóloga.