Escuché la entrevista que Glenda Umaña le hizo a Sylvia Poll por los 30 años del día histórico en que la nadadora y Costa Rica obtuvieran su primera medalla olímpica en Seúl, Corea del Sur (1988).
Conocía al personaje, pero no a la persona. Escuché un inspirador testimonio que hoy quisiera compartirles. Sylvia afirmó: “No era la persona con más talento, pero sí una persona de mucha disciplina”. Sabia reflexión para quienes quieren la satisfacción inmediata sin comprender que para obtener éxito no hay atajos.
Sylvia ganó su medalla porque trabajó por más de seis años para lograrlo. Durante ese tiempo, intercaló el colegio con largas horas de entrenamiento en dos jornadas, la primera a las 4 a. m. En el proceso sufrió la pérdida de una persona muy querida: su padre.
No le gusta la palabra sacrificio y prefiere palabras como pasión, esfuerzo y costo de oportunidad. La primera, porque su amor por el agua fue paulatino y es una fórmula que también ha aplicado en su vida profesional. Rechaza que una persona afirme que “no sirve para tal o cual labor”, tenemos la capacidad de emprender nuevos enamoramientos, nuevas pasiones.
Sus éxitos han sido el resultado de una férrea entrega en lo que acomete, de esa que se da aun en los días malos o, como jocosamente señaló, cuando no quería ni ver al entrenador.
LEA MÁS: Adriana Durán: ‘Estoy en una etapa donde todavía tengo la fuerza y el deseo de retarme’
Costo de oportunidad porque la vida es tomar decisiones, dar lo mejor de sí en aquello que se ama, sin garantías, y porque el decidirse por una meta significa escoger y renunciar a otras cosas.
Se retiró a los 24 años porque entendió que su ciclo deportivo había acabado, era hora de construir nuevos sueños, derribar nuevas montañas y de no anclarse en el pasado.
Con dos maestrías y cuatro idiomas, fue parte de nuestro cuerpo diplomático y ahora dirige la Unión Internacional de Comunicaciones de las Naciones Unidas a escala global.
En el 2017, enfrentó otra batalla, tres cirugías y una recuperación que la llevó a enfrentar su propia fragilidad y vivir un proceso de recuperación de un año.
Su consejo a las mujeres: empoderarse a través de la educación continua porque nos exigen el doble, injusto y erróneo porque cuando la mujer progresa tiene un impacto multiplicador en la familia y la comunidad. Uno de sus actuales retos: cerrar la brecha digital para las mujeres. ¡Gracias Sylvia!
La autora es politóloga.