Bajo el lema «Derribando barreras para la igualdad» y en un magno esfuerzo que logró reunir a la academia, instituciones públicas y al sector productivo, se llevó a cabo esta semana el Primer Foro Nacional STEM Costa Rica: ¿Cómo Enfrentar la Brecha de Género?
Liderado por la doctora Rosaura Romero, el consejo coordinador reunió en un espacio de reflexión a la UCR, al Instituto Tecnológico, a la Academia Nacional de Ciencias y a la Fundación Omar Dengo.
También estuvieron presentes el MEP, el Micitt, el Inamu y el Conicit, entes comprometidos con un cambio en la política pública que haga posible que más niñas, adolescentes y mujeres sean protagonistas en las áreas de ciencias, matemáticas, ingenierías y tecnologías, conocidas como STEM, por sus siglas en inglés.
¿Y por qué esto es crucial para el país? En la era del conocimiento y de la cuarta revolución industrial, las ocupaciones más dinámicas y generadoras de trabajos de calidad se encuentran en las materias STEM, hecho relevante en este momento cuando el desempleo femenino es cercano al 30 %.
El reto que tenemos como país es convencer a los padres y madres de familia para que vean a sus hijas como protagonistas en las carreras STEM y a maestros y profesores para que apoyen a superar estereotipos que inhiben a las mujeres a orientarse hacia esas profesiones.
Se requiere incrementar la matrícula y graduación de mujeres expertas en STEM, hoy con una baja representación, que no supera el 40 %, y una brecha mucho más grande con tendencia creciente en los campos de mayor empleabilidad, como señaló la investigadora María Santos, del Estado de la Nación.
En el ámbito productivo, panel que me correspondió moderar, se plantearon iniciativas y buenas prácticas que realizan empresas como Intel, Uber y Cinde, institución, esta última, clave para mantener un excelente clima de inversión para las empresas extranjeras radicadas en nuestro país.
¿Por qué tener más mujeres tituladas en STEM es fundamental para la academia, el Estado y las empresas? Porque múltiples estudios muestran cómo la diversidad incrementa en las organizaciones la productividad e innovación y, en el caso de las empresas, también la rentabilidad. Una sabia apuesta en una época en que la reactivación económica es prioridad nacional.
La autora es politóloga.