La relación de los humanos con los animales domesticados, según evidencia arqueológica, ronda los 30.000 años para el caso de los perros. La relación simbiótica lobos domesticados-humano se fue dando de forma paulatina y natural; cada quién obtenía del otro un bien o un servicio.
Con otros animales domésticos la relación es mucho más reciente; por ejemplo, con los gatos, nuestra relación data de unos 10.000 años nada más.
Al ver esos datos, con perspectiva histórica, podemos explicar la cercanísima relación entre las personas y los caninos y gatos domésticos, en la que los cambios constantes de condiciones de hábitat y de prácticas culturales fueron llevadas al mismo tiempo por esas tres poblaciones del reino animal.
Hoy son las mascotas preferidas por las personas en todo el mundo, indistintamente de la cultura y las condiciones socioeconómicas.
Mención aparte merecen otras mascotas que han ido siendo incorporadas en el ámbito doméstico. Tal es el caso de los conejos, hámsteres, peces ornamentales, canarios, pericos australianos, y otros más que se pueden tener en casa, enjaulados o en un acuario, y proveen de otro tipo de servicio a quien los posee, especialmente de salud mental por el soporte emocional.
Beneficios
Todas las relaciones que hemos construido entre personas y animales, las denominadas relaciones antrozoológicas, han sido producto de estudio desde hace muchos años, tanto en sus características, como en sus causas y sus efectos.
Existe vasta evidencia de que mascotas proveen de múltiples beneficios a las personas, no solo como agentes de la seguridad del hogar o de las propiedades, sino como animales de compañía y soporte emocional para personas de todas las edades, en especial, las poseedoras de ciertas condiciones de salud física, mental y emocional, o de personas que presentan algún nivel de soledad.
Reportes científicos mencionan beneficios como mejoras en la autoestima y el sentido de la responsabilidad, reducción de la ansiedad y de episodios depresivos, y una mejora marcada en el manejo de la sensación de soledad.
Datos nacionales
En Costa Rica, dos de cada tres hogares poseen al menos una mascota (perro o gato), con especial preferencia por los perros, seguidos por los gatos y las mascotas que podríamos denominar no tradicionales. Dadas las actuales condiciones de las viviendas, cada vez más pequeñas, en condominio o en apartamentos de poca área, los perros pequeños, los gatos y las mascotas no tradicionales han ganado adeptos.
Sin embargo, en casas medianas o grandes, especialmente en las que no cuentan con un sistema de vigilancia y seguridad, los perros de cuido siguen siendo los preferidos.
No es necesario antropomorfizar a las mascotas; son animales, no podemos perder eso de vista. Eso implica que son seres vivos con necesidades que, por ellos mismos, una vez domesticados, no pueden satisfacer. Lo anterior implica que no pensemos que son como un peluche que come, orina y defeca. No, nada más lejos de la realidad, son seres vivos que merecen todo nuestro respeto y cariño.
Sin ser animalistas, podemos ofrecer todo el bienestar que ellos requieren: no pasar hambre ni sed, no sufrir de lesiones, y evitar al máximo sus enfermedades; cuando ocurran, ofrecerles los cuidados necesarios para que recobren su estado de salud.
Igualmente, debemos proveerles de condiciones mínimas necesarias para que estén cómodos, abrigados y puedan tener un comportamiento afín a su naturaleza. Si el espacio en casa es pequeño, sacarlos a pasear. Las necesidades de ellos no andan muy lejos de las nuestras, si no es que son las mismas.
Tenencia responsable
La tenencia responsable de mascotas implica saber qué tipo de mascota es la más adecuada para tener en nuestros hogares según las condiciones de la vivienda, la posibilidad económica de satisfacer sus necesidades, la disponibilidad de tiempo para dedicarles, las fobias o temores nuestros respecto a ellos y las facilidades de nuestro vecindario para sacarlos a pasear.
La asesoría de un profesional en medicina veterinaria será de gran ayuda y podría evitar problemas importantes para los propietarios y, en especial, para las mascotas que, en muchas ocasiones, terminan siendo regaladas a otras personas o, en el peor de los casos, abandonadas en la calle.
Si bien es cierto que tenemos en Costa Rica un reglamento que regula la tenencia responsable de mascotas (N.° 31626-S), con cerca de 20 años desde su publicación, en aquel momento atinente al Ministerio de Salud por ser visto como un tema de salud pública, así como una ley de bienestar de los animales (N.° 7451) de 1994, reformada en el 2017, solo vienen a establecer un marco normativo que regula lo que debería ser, desde la ética y la moral, una sana y armoniosa convivencia entre personas con y sin mascotas, resguardando la salud y la dignidad de todos.
Es muy responsable pasear los perros con correa independientemente de su tamaño y raza, así como el uso de bozales apropiados en el caso de perros grandes; además, recoger sus desechos cuando defecan y disponer de ellos correctamente (en el inodoro). Vacunarlos y desparasitarlos y darles atención médico-veterinaria cuando lo demande (la medicina preventiva es muy requerida).
Instintos
Los animales, aunque domesticados, mantienen muchos de sus instintos de defensa y ataque. Si se sienten nerviosos, estresados o atacados, su reacción será estar a la defensiva. Un movimiento, un gesto o un estímulo que el animal sienta como agresión desencadenará una reacción instintiva buscando defenderse y mantenerse a salvo él, sus crías, sus iguales o sus amos.
Educación y adiestramiento de las mascotas para los ámbitos del hogar y exteriores, son fundamentales para proteger la salud de propietarios, de vecinos y de las personas en general. Educación del propietario es el punto de inicio. Nuestras mascotas serán lo que, como propietarios hagamos de ellas y con ellas. Sus acciones serán siempre nuestra responsabilidad como propietarios.
Juan José Romero Zúñiga: médico veterinario epidemiólogo, es profesor en la Maestría en Epidemiología de la Universidad Nacional.