Corea del Sur hace 40 años tenía un ingreso per cápita más bajo que Costa Rica. Hoy, es la capital del cine, la música y las telenovelas, así como de muchos otros milagros tecnológicos. Singapur, además de liderar los informes Pisa sobre educación, tiene un potencial farmacéutico gigante en Asia Pacifico. Pensó, planificó y ejecutó.
El Reino Unido estudió y planificó un túnel bajo el Canal de la Mancha. Pensó y ejecutó. Los Emiratos Árabes Unidos son líderes en inteligencia artificial, todo en diez años. Pensaron y planificaron. Tony Blair, quien es asesor de 40 naciones y fue dos veces primer ministro del Reino Unido, señala que ninguna de estas iniciativas habría tenido lugar sin la capacidad de liderazgo del gobierno para pensar en el futuro. Y añade que la calidad del pensamiento depende de la calidad de los pensadores.
La estrategia
En su nuevo libro: “Tony Blair con liderazgo”, sugiere que lo fundamental en toda política no son las declaraciones políticas ni los planes, sino los estudios estratégicos. Saber hacia dónde se va y mantener la dirección de la ruta de la acción, sin distraerse. El líder se puede perder si no se cuida.
Un líder tiene que tomar acciones, sino se queda simplemente como un visitante. Así se lo comentó Shimon Peres a Tony Blair, cuando el primero era ministro de Relaciones Exteriores de Israel.
En su libro, Blair anota una serie de sugerencias sobre el liderazgo de gran sentido práctico, especialmente para los gobernantes. Hoy, el antiguo primer ministro del Reino Unido como asesor sugiere que, ante reformas radicales, conviene estudiar, siempre muy bien, los diferentes equipos de trabajo.
Equipos de primera
Blair afirma que el mundo se mueve en temas políticos a una alta velocidad, de manera que el líder lucha para seguir el ritmo de lo nuevo, y que debido a la complejidad de lo nuevo y los constantes cambios, necesita un especialista que lo guíe.
“Ningún líder puede realizar por sí solo los cambios que exige el futuro del país. Se necesita un equipo. Ese equipo debe ser el mejor posible. Los equipos de segunda categoría consiguen logros de segunda categoría”, asegura el británico.
Cuando le preguntaron si le gustó ser primer ministro dijo: “Hay que transmitir que el líder está allí para servir. Ese es el trato: se es jefe, el rey o la reina del castillo, el número uno, pero el propósito de todo ello tiene que basarse en la humildad de servicio”.
“Y un país tiene que mantener la moral alta. Un líder necesita generar optimismo”, agrega el político.
José Joaquín Chaverri Sievert es diplomático y fue embajador de Costa Rica en Alemania durante varios períodos.