Columnistas

Una lotería diferente

Hay que estar vivo, sin embargo, para sentir todo eso que se ha anudado en mi corazón. Y estar vivo, y con salud, es de agradecer. Y agradezco

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Pues bien, me pegué la lotería. No el “gordo” de navidad, pues nunca he jugado ni chances y rifas, las inevitables para no ser un ogro, pero sí dos semanas sin columnas, los próximos dos jueves, ajeno a la debacle de la página vacía y la urgencia de escribir algo que, ojalá, ayude a una conversación pública con cierta enjundia. O así me dijo la editora. Mi papá dice que no debo desaprovechar una ventana de opinión, pero luego de unas novecientas columnas, a veces el “maní” no da para mucho o ya me lo comí. Así que los veré por tele.








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