El 21 de mayo del 2003, los 192 Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptaron por unanimidad el Convenio marco de la OMS para el control del tabaco , que Costa Rica suscribió pero que está pendiente de ratificación en la Asamblea Legislativa.
Este es el primer instrumento jurídico mundial de lucha contra el consumo del tabaco. El texto contempla restricciones a la publicidad, patrocinio y promoción del tabaco, estrictas normas de envasado y etiquetado, así como la promoción de políticas tributarias que desincentiven su consumo.
El porqué del convenio. Según la OMS, el consumo del tabaco es la principal causa de mortalidad evitable en el mundo. Más de 40 de sus componentes son cancerígenos, el riesgo de sufrir cáncer de pulmón es de 16 a 22 veces mayor en los fumadores. El tabaco también disminuye la expectativa de vida. Quienes empiezan a fumar en la adolescencia (más del 70% de los casos) y continúan haciéndolo durante 20 años, vivirán en promedio 25 años menos que quienes nunca han fumado. El tabaco produce efectos secundarios (caída del cabello, cataratas, arrugas, sarro, deformación de los espermatozoides, etc.), muchos de los cuales son desconocidos por los fumadores. No se debe olvidar el fumado pasivo, causante de enfermedades mortales y que afecta injustamente a quienes no tienen el vicio del fumado.
Acción en Europa. Conscientes de esta situación, muchos países europeos adoptaron, hace varios años, medidas para limitar la oferta y el consumo del tabaco, prohibiendo en general todo tipo de publicidad. Las empresas tabacaleras no pueden patrocinar actividades de ningún tipo ni realizar operaciones de promoción, como distribuir cigarrillos o camisetas o realizar concursos y otorgar premios.
El Consejo de Europa y la Unión Europea adoptaron instrumentos jurídicos (convenciones y directivas) que establecen prohibiciones similares. Finalmente, España, Italia, Irlanda, Noruega, Malta, Suecia y Gran Bretaña han prohibido totalmente el consumo del tabaco en lugares públicos o colectivos, y en centros de trabajo.
Panorama nacional. Por desgracia, nuestra legislación es demasiado permisiva. Estamos expuestos a un constante bombardeo de publicidad y de operaciones de promoción realizadas con toda legalidad a favor del tabaco. Aquí se regala de todo, hasta viajes a Cancún, con tal de promover el vicio.
Peor aún, a nadie le sorprende ver enormes vallas publicitarias con anuncios de cigarrillos, o que la publicidad presente a jóvenes (blanco privilegiado de la industria) asociando el fumado al éxito en la sociedad. Las advertencias sobre los efectos nocivos del tabaco están escritas en los paquetes de manera disimulada y con letras pequeñas, cuando en otros países representan entre un 30% y un 50% de la superficie del paquete. La venta de cigarrillos "sueltos" para incitar el consumo en aquellos que no pueden comprar todo un paquete, es parte de esta alcahuetería.
La ratificación del Convenio marco es urgente pues constituiría la base jurídica mínima con la que debe contar el país para hacer frente a este problema de salud pública que nos concierne a todos, fumadores o no. Solo nos queda esperar que los recién electos diputados a la Asamblea Legislativa, con el impulso decidido de las próximas autoridades del Ministerio de Salud, ratifiquen cuanto antes el Convenio que hoy echamos de menos.