El comienzo real del nuevo siglo y del tercer milenio motivó nuevamente como lo anticipáramos hace un año, en este mismo espacio periodístico manifestaciones multitudinarias en todo el mundo globalizado. Los juegos pirotécnicos empezaron en Sidney, Australia, y se prolongaron por muchas horas, conforme el globo terráqueo completaba su órbita celeste, desde Tokio, Taiwán o China continental, a once ciudades de Rusia y a las urbes europeas (Londres se sumó a los festejos, a pesar de las duras condiciones climáticas), hasta alcanzar las capitales del Nuevo Mundo. Costa Rica no fue la excepción, aunque, a decir verdad, no se tuvo aquí el esplendor y la expectativa del año 2000, ocasión en que como lo recuerda el periodista Gaetano Pandolfo fuimos el único país del mundo en donde un canal de televisión, al parecer, vendió, canjeó o regaló los diez segundos más relevantes de ese momento histórico, a la campaña publicitaria del águila imperial cervecera, ese negro símbolo que se pretende identificar con nuestra riqueza ecológica y que ha llegado a constituir el emblema más representativo de algunas jóvenes generaciones...
Ahora que estamos realmente en el nuevo milenio, ¿qué espera Costa Rica? En momentos en que Bill Clinton se retira de la Presidencia de los Estados Unidos con su mayor índice de popularidad (un 66 % según la firma Gallup), don Miguel Angel Rodríguez no consigue todavía afianzar su desarrollo sostenido en las encuestas locales. Aunque este año se le ensombreció con el "combo" energético, apuntó algunos logros en educación, salubridad, infraestructura y seguridad, pero aceptó que la quinta parte de nuestros conciudadanos está sumida en la pobreza; no obstante, sus buenas intenciones expresadas al término del siglo permiten anticipar un nuevo año pletórico de graves problemas políticos y de enconado forcejeo preelectoral.
Adivinos. Así lo preconizan también esos adivinos que nuestros medios de comunicación más exitosos tan interesados siempre en acrecentar el esclarecimiento crítico de los costarricenses no dejan de consultar año con año. ¡Por cierto: uno de esos brujos anticipa que la Liga será campeona, pero la Selección no nos dará tantas alegrías! Y mientras la economía intentará recuperar su maltrecho crecimiento y la broca este insecto maligno ¿se vino realmente en algún canasto nicaragüense, o lo dispersó una mano criminal, como parece sugerirlo el Ing. Sergio Abarca? será un nuevo dolor de cabeza para los cafetaleros, las cosas no andarán tan mal para nuestro país, y solo seremos noticia por un grave accidente aéreo que ocurrirá muy cerca de nuestra frontera norte... ¡Lástima que estos adivinos no alcancen a vaticinar también quiénes serán los precandidatos ganadores de la próxima campaña preelectoral, pues esto les ahorraría muchos contratiempos a quienes ahora se juegan, en falso, sus puestos electivos!
El panorama político, al fin, se está aclarando. Se disipó la esperanza de la reelección y, con ella, se sepultó también la idea del mítico "hombre fuerte", el político salvador, capaz de resolver la ingobernabilidad . Ahora, según un nuevo decir, "entre todos, sí podemos"...
No abundan las ideas renovadoras, pues los precandidatos apenas están afianzando su precaria popularidad; esto no importa si basta ganar electores con tamales y cantares campesinos. Queda, al menos, el consuelo de que se luchará contra el dominio de los arcángeles, aunque todavía subsiste el político candoroso que utiliza las obras realizadas en su gestión, como un atractivo mensaje de campaña. Con esto espera convencer al electorado de lo útil que resultará afianzar el bipartidismo como forma alternativa de gobierno, en tanto se miran de reojo los partidos "emergentes" y se augura un difícil futuro para quienes osen saltarse los límites del tradicional reparto de cuotas del poder político.