El próximo 24 de febrero, a eso de la 1:24 p. m., será un momento importante para Costa Rica. Se estima que en ese instante la población del país alcanzará la marca de cuatro millones de personas. Será el CR4M.
Solamente ha habido tres momentos como este en la historia costarricense. El primero, ocurrió el 24 de octubre de 1956. "Hoy llega Costa Rica al millón", fue el titular de la primera plana de La Nación de ese día. No era para menos: el millón de habitantes se había alcanzado en este territorio luego de un lento desarrollo demográfico de siglos. En contraste con los bombos y platillos del primer millón, el segundo y tercer millones, alcanzados en 1976 y 1989, ya no fueron noticia; nos habíamos acostumbrado al aumento explosivo de la población. El quinto millón probablemente lo alcanzaremos el 2012 (o el 2013 si cesa la inmigración y la natalidad cae más rápidamente).
Cifras . El "bebé millón" tuvo nombre y apellido y fue objeto de múltiples atenciones cuando nació en Cartago. Me han dicho que está vivo, por lo que pronto cumplirá 45 años de edad; lo que tiene cierto mérito considerando que la esperanza de vida en el país era de solo 59 años en 1956. Los otros dos costarricenses millón son jóvenes anónimos que pronto cumplirán 25 y 12 años de edad. El cuarto millonario, bien puede ser substancialmente distinto de los tres anteriores. Hay chance de uno en cuatro de que el cuarto millón lo alcance un adulto nicaragüense al cruzar la frontera en el momento preciso. Hay también 10% de probabilidad adicional de que sea un bebé costarricense de madre nicaragüense. Estos chances reflejan el hecho de que aproximadamente un tercio del aumento poblacional del país en la actualidad se origina en migración o natalidad nicaragüenses (nótese que no estoy afirmando que un tercio de la población de Costa Rica es nicaragüense; dicha proporción es menor al 10%).
Otro aspecto novedoso de este acontecimiento es que tendremos oportunidad de observarlo con nuestros propios ojos. En el mundo de la realidad virtual, por supuesto. La página web del Programa Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (http://populi.eest.ac.ucr) tiene un reloj de población para los países del istmo, en la que podrá verse el espectáculo del arribo de Costa Rica a los 4 millones de personas. Es entendible, empero, que muchos no encuentren muy entretenido este espectáculo.
Estimaciones . ¿Cuán precisa es la estimación de que el sábado 24 de febrero será el momento CR4M? No tanto como la predicción del próximo eclipse; pero mucho más precisa que las predicciones de la fecha del próximo terremoto en Nicoya o de la conclusión de la autopista a Caldera. De hecho, es mucho más precisa que la estimación de Naciones Unidas de que el 7 de octubre de 1999 los habitantes del planeta alcanzaron los 6 mil millones. En ciencia se acostumbra ofrecer una estimación puntual acompañada de un intervalo de confianza para las situaciones rodeadas de cierta incertidumbre. El intervalo de confianza del momento CR4M podemos situarlo en uno o dos meses.
El sábado 24 de febrero está marcado desde hace varios años como la fecha CR4M en las proyecciones vigentes de población, preparadas en la Universidad de Costa Rica en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). No me había atrevido a darla a conocer por temor a que los resultados del censo del 2000 echaran por tierra dichas proyecciones. Tal cosa no ha sucedido. Muy por el contrario, los resultados del censo recientemente develados han validado las proyecciones, incluso más allá de nuestras expectativas. El INEC ha informado de que el censo empadronó 3,82 millones de personas, con una probable subenumeración del 3% al 5%. La proyección de población para el 30 de junio del 2000 era de 3,94 millones, o sea, muy congruente con la empadronada más el error por subenumeración. En lo personal, conocer los resultados del censo me quitó un peso de encima, pues ante rumores de que el INEC estaba escondiendo una cifra del orden de los 5 millones (producto de más de un millón de inmigrantes), me atreví a apostar mi mano derecha a que tal cosa no podía ser cierta.
El sábado 24 de febrero quizás es ocasión para que los habitantes de este país celebremos el habernos multiplicado tan exitosamente. Quizás es también ocasión para que reflexionemos lo que esto ha significado para el entorno en que vivimos y para las otras especies con las que lo compartimos.