Opinión

Cuento triste

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Había una vez un país chiquito, favorecido por Dios por su gran belleza y gente buena, trabajadora y bien educada, que amaba la paz y había proscrito al ejército, para admiración mundial. Al no gastar en lo militar, se invirtió en maestros y escuelas, y acabó casi con el analfabetismo.








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