El Ministerio de Educación Pública (MEP) decidió, sin titubeos, eliminar las pruebas FARO antes de saber cómo reemplazarlas. Hoy, está prácticamente solo en su insistencia sobre la utilidad de las pruebas nacionales aplicadas en abril y criticadas desde todos los rincones por su falta de rigurosidad técnica.
Con el mismo arrojo, canceló el convenio con la Fundación Omar Dengo (FOD) para desarrollar el Programa Nacional de Informática Educativa (Pronie). Hoy, no logra recibir 50.193 activos que la FOD intenta devolver a consecuencia de la desaparición del convenio. Son miles de computadoras y equipos, además de vehículos y otros bienes. Todos requieren, en primera instancia, almacenamiento en condiciones apropiadas para su conservación.
Los activos, huelga decirlo, no tienen utilidad en los almacenes y solo la cobran cuando llegan a manos de los educandos y docentes, pero la insistencia de la fundación en entregarlos y la imposibilidad de recibirlos en el MEP indican pocas probabilidades de aprovechamiento a corto plazo, siquiera en el programa de reforzamiento y nivelación intensiva propuesto para llenar el vacío dejado por la cancelación del acuerdo.
Entre mayo y diciembre de este año, el tiempo correspondiente a una lección de Español y una de Matemáticas, a la semana, se debe dedicar a ese programa mientras se diseña la nueva estrategia de enseñanza de la informática a cargo de la Dirección de Recursos Tecnológicos en Educación (DRTE), en coordinación con otros despachos del MEP.
Así como 13 asesores del Ministerio señalaron la falta de correspondencia de los cuestionarios de las Pruebas Nacionales Estandarizadas con algún modelo de evaluación existente, capaz de brindar validez y confiabilidad a los resultados, un nutrido grupo de funcionarios de la DRTE atribuyó a la directora de la oficina “una serie de desafortunadas decisiones junto con las autoridades ministeriales de manera unilateral, sin considerar las afectaciones que esto provoca al sistema educativo costarricense”.
Según los 33 funcionarios, tanto su departamento como la FOD cuentan con personal de alto perfil y calidad, cuyo compromiso con la educación costarricense se ve afectado negativamente por la falta de condiciones y un ambiente propicio para gestionar el Programa Nacional de Formación Tecnológica. Según la carta enviada a la Comisión de Juventud, Niñez y Adolescencia de la Asamblea Legislativa y a la Defensoría de los Habitantes, su trabajo se ve obstaculizado en perjuicio de la continuidad de los proyectos y las políticas para el aprovechamiento de las tecnologías digitales en la educación.
El paralelismo entre el proceso de las pruebas nacionales y la enseñanza de la informática apunta a un estilo, ojalá susceptible de enmienda. Las decisiones apresuradas, sin recabar suficientes puntos de vista ni sopesar alternativas conducen al estancamiento y el desperdicio.
Entre los activos almacenados y listos para su devolución al MEP hay, además de autos y computadoras, servidores, unidades de almacenamiento, equipos de red y comunicación inalámbrica, monitores, proyectores, impresoras y UPS. También hay 164.814 accesorios como audífonos, “ratones” (mouse) y maletines.
El 18 de julio, este diario preguntó al MEP sobre la recepción de los bienes, el sitio de almacenamiento y su futura utilización, pero a la fecha no se ha recibido respuesta. Las circunstancias parecen dar la razón a Leda Muñoz, directora ejecutiva de la FOD, cuando afirma que la situación demuestra la falta de conocimiento a la hora de rescindir el acuerdo de las consecuencias para los estudiantes y para el propio MEP.