Editorial

Crimen contra la democracia

El asesinato del candidato ecuatoriano Fernando Villavicencio se origina en las redes criminales que quieren doblegar el Estado de derecho y actuar impunemente

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El hecho, por desgracia, tiene precedentes en América Latina. Un candidato presidencial se convierte en cruzado contra la corrupción y el crimen organizado. Identifica y señala a algunos de sus impulsores. Denuncia las amenazas con que lo asedian, pero se mantiene en campaña. Logra avanzar en las preferencias de voto, con el lema “Es tiempo de valientes”, y hasta se atreve a lanzar un desafío: “Aquí estoy dando la cara, no les tengo miedo”. Pero su valentía, decisión y mensaje, y las esperanzas que puedan suscitar, son acallados mediante el acto más censurable, extremo y definitivo posible: el asesinato a sangre fría.








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