Hace apenas tres meses, Pedro Beirute Prada, gerente general de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), se unió al ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, para justificar ante el país la súbita ruptura de los convenios entre esas dos instituciones y la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde).
Esta última quedaba con poco financiamiento y capacidades disminuidas, pero el gobierno anunció el traslado de sus funciones a Procomer, con Beirute a la cabeza. A tres meses de asumir el grave compromiso de mantener la atracción de inversión extranjera directa, el funcionario hizo pública su dimisión “por razones familiares”.
No son razones sobrevenidas, de forma imprevisible, después de asumir ante el país el reto de desempeñar, con más eficiencia, una función vital para su desarrollo. Según dijo, la dimisión obedece al deseo de dedicar más tiempo a sus hijos adolescentes. El motivo no alcanza para explicar el entusiasmo demostrado, junto a Tovar, cuando participó en la ruptura con Cinde.
Por otra parte, Beirute participó en el concurso promovido para reemplazar a Jorge Sequeira Picado en la dirección de Cinde. La selección se produjo poco antes de la ruptura del gobierno con la entidad promotora de la inversión en el país. Hubo 200 postulantes, y Beirute no figuró entre los cinco finalistas seleccionados por una reconocida firma de reclutamiento. La designación de Marianela Urgellés, con más de 25 años de experiencia en Intel, fue anunciada el 18 de abril.
La escogencia no fue acogida con entusiasmo por el Ejecutivo, que siempre se mostró afín a Beirute. Poco después se produjo el anuncio de la ruptura con Cinde, que el 2 de mayo había recibido elogios del presidente de la República, Rodrigo Chaves, durante la presentación del informe a la Asamblea Legislativa de su primer año de labores.
Las aspiraciones de Beirute, muy poco antes de su designación como encargado de atraer inversiones en ausencia de Cinde, tampoco compatibilizan con las razones esgrimidas para dejar Procomer. ¿Habría abandonado Cinde a los tres meses de ganar el concurso para reemplazar a Sequeira?
Las decisiones personales de un funcionario merecen todo respeto, pero sus consecuencias para la política pública admiten examen. Beirute quedó a cargo de diseñar toda una estrategia para sustituir a Cinde, con mejores resultados, porque en otro caso la interrupción de la continuidad del convenio habría sido caprichosa. Se habló de diversificar las fuentes de inversión y establecer empresas fuera del Valle Central, entre otros objetivos. Para encarar el enorme compromiso, el gerente tendría como base a Procomer, entidad no especializada en atracción de inversiones.
Hay mucho en juego. Junto con el Ministerio de Comercio Exterior (Comex) y Procomer, Cinde ha sido clave para el éxito exportador de Costa Rica y su inserción en el mercado internacional. Comex funge como rector, Procomer apoya a los exportadores y Cinde atrae inversión. La ruptura con Cinde alteró una de las pocas políticas de Estado vigentes en Costa Rica y, probablemente, la más exitosa. Esa política y las instituciones creadas para impulsarla son objeto de elogio en el mundo entero.
No es como para hacerla a un lado y despedirse de ella tres meses más tarde. “En este tipo de puestos, uno tiene que estar siempre con las maletas listas, por las razones que sean”, dijo el funcionario en la conferencia de prensa, pero, en ese tipo de puestos, y cuando se participa en decisiones tan graves, también es necesario sopesar con detenimiento los compromisos adquiridos.
Ahora, a nadie se le podría objetar preguntarse si realmente existe un plan y si los intereses del país en tan delicada materia están a buen recaudo. Uno de los impulsores del cambio duró tres meses al timón. Su cortísima gestión del nuevo Procomer alimenta la incertidumbre desatada con la intempestiva defenestración de Cinde.