El conflicto entre la Caja Costarricense de Seguro Social y los médicos especialistas pone de manifiesto, ante todo, la escasez de profesionales. Si hubiera un número suficiente, la presión sobre la CCSS sería menor y la institución no tendría razones para temer la fuga de personal a la medicina privada.
Los especialistas deben tener ingresos dignos, acordes con sus conocimientos y esfuerzo, pero no con su escasez y esta última es, en la actualidad, un factor determinante del mercado. En todo caso, si la CCSS y los especialistas llegan a un acuerdo, como todo el país espera, al día siguiente habrá especialidades sin el necesario número de profesionales. Esta ha sido la realidad durante largos años y no va a cambiar a raíz del hipotético acuerdo.
El problema se agravará en el futuro. En una reciente encuesta, 473 de 1.127 especialistas consultados no se ven trabajando en la institución dentro de cinco años. No prever la necesidad de reponerlos es resignarse a ampliar la escasez en la seguridad social, porque la oferta privada de servicios médicos siempre estará en capacidad de competir con ventaja.
En suma, faltan especialistas y en el futuro faltarán más, no importa el acuerdo entre la CCSS y los profesionales para resolver el conflicto del momento. Solo habrá suficientes profesionales cuando su número alcance para satisfacer la demanda pública y privada. Por eso, no tiene sentido preguntar cuántos especialistas necesita la CCSS, sino cuántos requiere el país.
Y cuando la demanda actual esté satisfecha, convendrá recordar las recomendaciones de la comisión nombrada por la presidenta Laura Chinchilla para solucionar la crisis de la CCSS durante su mandato. Una de ellas fue la apertura de un segundo turno para mejorar el servicio e invertir de forma más racional los recursos destinados a horas extras y guardias.
La CCSS tuvo, a lo largo de los años, una enorme responsabilidad en la creación de la escasez actual. Nunca faltaron jóvenes médicos con el talento requerido para ser especialistas. Muchos de ellos hoy son médicos generales con la frustración de no haber podido desarrollarse más.
Los grandes obstáculos en su camino siempre fueron el Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss), entre cuyas tareas está la planificación del recurso humano de la CCSS, con lo cual se constituyó en guardián del acceso a las especialidades, la falta de creación de plazas para residentes y, según lo expresado por voces autorizadas, los propios especialistas, cuya ayuda es evidentemente indispensable para formar nuevos profesionales.
El Dr. Rodrigo Cabezas Moya, experto en cirugía del tórax, lo expresó con claridad en un artículo publicado el 8 de febrero del 2023 en estas páginas. La principal causa del déficit, expresó, “es el rechazo de los especialistas a que se formen más, por razones puramente económicas. La existencia del déficit crea un incentivo para que los sueldos sean más altos y se puedan dar el lujo de controlar el mercado”.
Edgar Carrillo Rojas, director del Hospital San Carlos, coincidió con Cabezas en declaraciones dadas a La Nación cuatro días después: “Obviamente, hay intereses. A los especialistas no les sirve que se formen muchos. Es un problema que se ha discutido, pero seguimos sin hacer nada”, afirmó.
“Un ortopedista me pidió hace una semana reducción de jornada. Algunos, o muchos, ponen condiciones. Desdichadamente, uno como director tiene que ponerse a pensar en que exista un servicio para los usuarios aunque sea reducido”, agregó Carrillo.
El Dr. Cabezas cerró su artículo con un párrafo premonitorio, como pensado para la situación actual: “La falta de especialistas es un problema grave. Para solucionarlo, deben prevalecer los más altos valores éticos de todas las partes. Es un problema nacional, en la solución deben participar los especialistas, las entidades que los forman, como la Caja y las universidades, y la meta es solventar el problema a largo plazo pensando en el bienestar de todos”.