Editorial

Editorial: Emergencia universitaria

Estudiantes universitarias se declararon en emergencia por las agresiones sexuales que, aseguran, ocurren en los centros de enseñanza. Las autoridades deben reaccionar con el mismo sentido de urgencia para poner fin a un flagelo tan antiguo como reprobable.

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Ya basta de preguntar a las jóvenes universitarias por qué no denuncian. Es hora de preguntar a las autoridades académicas y administrativas por qué no investigan. También es necesario preguntar a los encargados de examinar casos de acoso sexual por qué tardan tanto y con cuáles criterios disponen una simple suspensión para hechos merecedores de sanciones más severas, aunque solo fuera para proteger al estudiantado.








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