Editorial

Editorial: Esfuerzo desestabilizador

No debemos reparar en la ridiculez e ineficacia de los actos violentos de los últimos días, sino en la maldad de sus propósitos. El artefacto detonado en la Asamblea es terrorismo sin importar su modesta escala y el evidente desequilibrio mental de sus perpetradores.

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Al estallar, el artefacto rompió los vidrios de una ventana del despacho de la diputada Zoila Rosa Volio, la madrugada del miércoles. Nada más. Es un ataque estúpido, con insignificantes daños materiales y ninguna consecuencia personal. Ni siquiera viene acompañado de una “reivindicación”, como se ha dado en llamar a las ilegítimas exigencias de los terroristas.








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