Editorial

Editorial: Garantía de la desigualdad

La administración de Luis Guillermo Solís, con deliberada determinación, descarriló la propuesta legislativa de Mario Redondo de eliminar el “enganche” médico. A cambio, planteó la falacia de un decreto ejecutivo, cosa que a nadie convenció, pero que sirvió para congraciarse con algunos sectores públicos.

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La ley de “enganche”, a cuyo tenor el sector público está obligado a aumentar los salarios de los profesionales en ciencias médicas, como mínimo, en el mismo porcentaje aplicado al salario promedio de los empleados del Gobierno Central, es una de las aberraciones más vergonzosas del sistema de privilegios que carcome las finanzas públicas, pero si le creyéramos a la administración pasada, el problema ya no existe.








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