Editorial: Inestabilidad en el manejo de listas de espera
En menos de lo que tarda un paciente en conseguir una cita en muchas especialidades, la CCSS ha tenido ocho encargados de la Unidad Técnica de Listas de Espera
En menos de lo que tarda un paciente en conseguir una cita en muchas especialidades médicas, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha tenido ocho encargados de la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE). En los 19 meses transcurridos desde el nombramiento de Marta Esquivel en la presidencia ejecutiva, seis coordinadores del despacho encargado de enfrentar el apremiante problema han presentado su renuncia. Un gerente médico asumió el cargo en condición de interino y pronto se anunciará el nombramiento del sétimo funcionario nombrado en propiedad para sustituir al dimitente, Camilo Sing Briz.
En promedio, los coordinadores de la UTLE han permanecido menos de tres meses en el cargo. Ese grado de inestabilidad sería alarmante en cualquier puesto, pero la solución al agobiante problema de las listas de espera es una de las promesas más recordadas de la campaña política. La oferta ha sido reiterada en múltiples ocasiones, siempre con el anuncio de un nuevo plan u otra fecha para el cumplimiento.
En agosto del 2023, a menos de un año de asumir la presidencia de la CCSS, Esquivel lamentó el desaprovechamiento del 40 % de los fondos destinados a reducir los tiempos de espera, sufridos por cientos de miles de pacientes. Los fondos estaban bajo administración de la UTLE. Se trata de ¢33.457 millones no ejecutados para acortar las listas en los últimos 15 años.
La UTLE opera desde hace más de dos décadas. En ese tiempo, el problema ha aumentado. No hay justificación para desaprovechar fondos; sin embargo, la suma acumulada no habría resuelto el problema, sobre todo, en ausencia de claridad sobre la senda que se propone seguir. La inestabilidad en la cabeza de la UTLE es indicativa de la desorientación.
La unidad fue intervenida en mayo del año pasado junto con el Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss) por decisión de la Junta Directiva de la CCSS, pero las renuncias abren una interrogante sobre la eficacia de la medida y el avance de los últimos planes anunciados para enfrentar las listas de espera.
El plan integral de reducción fue prometido en la campaña electoral y, nuevamente, en el mensaje difundido para señalar los primeros cien días de gobierno. El 7 de noviembre del 2023, en el Estadio Nacional, las más altas autoridades anunciaron planes y fijaron metas dentro de un programa llamado Ruta de la Salud. Menos Espera. Mejor Servicio.
La primera meta consiste en brindar atención, antes de finalizar el próximo mes de noviembre, a todas las personas incorporadas a las listas de espera entre el 2017 y el 2021. Solo en un país donde la seguridad social hace agua podría considerarse un éxito la atención de pacientes referidos hace entre tres y siete años, pero ni siquiera hay certeza del cumplimiento en los siete meses restantes para el vencimiento del plazo.
La Junta Directiva todavía discute algunas de las propuestas planteadas por Esquivel en noviembre. Poco después del anuncio solemne en el estadio, trascendió que los directivos conocían la propuesta, pero no habían tomado acuerdos sobre compra de servicios a terceros, copago de atención médica en hospitales y clínicas privadas, o los ¢200.000 millones anunciados para enfrentar los retrasos.
A los cien días de su inauguración, el presidente Rodrigo Chaves enfatizó: “¡Por fin!, ya la Caja tiene una estrategia para reducir las listas de espera a través de la sistematización de las referencias a especialistas, los procedimientos para las cirugías, sanciones por ausentismo y la compra de servicios a terceros, entre otras medidas. Anunciaremos esta estrategia en detalle en los próximos días”. El anuncio no se produjo y ahora se sabe que el plan no existía. Pronto sabremos cuántas de las medidas anunciadas en noviembre tienen asidero en la realidad, pero los acontecimientos en la UTLE no inspiran optimismo.
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