Editorial

Editorial: La soledad del dictador

Muy pocos países, la mayoría autocráticos, avalaron la patética juramentación de Ortega para otro período presidencial

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Acompañados por los gobernantes de Cuba, Venezuela y Honduras, y delegados de apenas otros 18 países, la mayoría autocracias y solo tres de nuestro hemisferio, Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, ejecutaron el lunes un nuevo acto de su dictadura familiar: asumir el poder, como presidente y vicepresidenta, por un período que se extiende hasta el 2027. Sumados a los tres quinquenios inmediatamente anteriores y a los 10 años previos en que dirigió Nicaragua, el dictador casi duplicará la permanencia en el poder de Anastasio Somoza García y solo quedará por debajo, en América Latina, de Fidel Castro, Alfredo Stroessner y Rafael Leónidas Trujillo. Tal elenco habla por sí mismo sobre la perversa naturaleza del régimen.








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