Editorial

Editorial: Un arma en circunstancias impredecibles

Un hombre a punto de enfrentar un juicio por esgrimir un arma ante un vecino tenía lícita posesión de dos armas de fuego: una la utilizó para dar muerte al vecino desarmado

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El homicidio de un hombre por su vecino en Escazú conmueve a la opinión pública nacional por buenas razones. La primera es la desproporción entre la banalidad de la causa inmediata —el cierre de una llave de paso de agua potable— y la monstruosidad del desenlace. La segunda es la inusitada violencia desplegada por el homicida, quien descargó una decena de tiros contra la víctima desarmada, aun cuando había caído al suelo. Por último está la captura del suceso por cámaras de video y su inmediata circulación masiva por medio de las redes sociales.








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