El gobierno debe hablar claro, especialmente en relación con nuestra grave penuria fiscal. La oposición viene reclamándole una sincera rendición de cuentas sobre la situación de las finanzas públicas. Mientras no la conozcamos con detalle, poca será la urgencia de las medidas correctivas y mayor la posibilidad de perder el control.
Ahora, el diputado Carlos Ricardo Benavides exige, desde el plenario legislativo, saber si la administración cuenta con recursos para pagar aguinaldo y salario escolar, así como el resto de los compromisos exigibles el año entrante. La pregunta no es caprichosa, tanto por lo que se sabe de las finanzas públicas como por el lamentable antecedente de la administración de Luis Guillermo Solís y sus dificultades para pagar salarios y aguinaldos al final del mandato.
Aquellos apuros condujeron a las peripecias presupuestarias más tarde conocidas como el “hueco fiscal”, estrechamente vinculado con las carreras del actual gobierno para evitar, en el 2018, el impago de las obligaciones nacionales.
Cuando se habla de la posibilidad de caer en esas profundidades, basta con recordar la historia reciente para derrotar la incredulidad. Estuvimos a punto y, si no caímos, cuando menos debimos aprender que podríamos caer.
La otra importante lección de aquel momento es la necesidad de enfrentar las crisis con transparencia. La desesperada situación del 2018 comenzó a resolverse cuando la ministra de Hacienda Rocío Aguilar se plantó frente al Congreso, describió los peligros y ofreció soluciones.
El discurso de Benavides coincide con gestiones de La Nación, la semana pasada, para obtener los mismos datos. Para nuestra sorpresa, Hacienda rehusó proporcionarnos información sobre el estado de las finanzas públicas para lo que resta del año y la calificó como “materia reservada”. Específicamente preguntamos sobre el flujo de caja y las necesidades de financiamiento para noviembre y diciembre.
«Sí le puedo señalar, como lo he venido indicando públicamente que, en dólares, prácticamente lo tenemos cerrado. Por eso no tenemos ningún apetito en dólares. Nuestra situación de flujo de caja es satisfactoria y va de la mano de la recaudación que, en este momento, experimenta un leve repunte debido a la reactivación económica», fue la única respuesta, en términos muy generales, del ministro Elian Villegas.
La Nación reiterará la petición por vías formales y, si no la obtiene, recurrirá a la Sala Constitucional. Nuestra legislación no prevé la «reserva» de datos como los solicitados y más bien establece como regla la transparencia, con contadas excepciones. La negativa de Hacienda despierta dudas tan grandes como las expresadas por Benavides en su discurso de ayer.
Según el expresidente legislativo, sus estimaciones, hechas en consulta con economistas, le hacen creer que en cuestión de meses el Ejecutivo «no tendrá condiciones para hacer frente a los compromisos económicos del Estado». «Ni siquiera estoy seguro si puede completar este año, pero no dicen absolutamente nada», añadió.
El diputado y este diario no están solos en sus preocupaciones. El exministro de Hacienda de la actual administración Rodrigo Chaves se adelantó hace una semana a externar dudas sobre la capacidad para financiar el gasto público en los meses de noviembre y diciembre. Chaves prevé dificultades para colocar ¢1,2 billones (millones de millones) de deuda para cerrar el año.
El lunes, Hacienda vendió ¢132.272 millones en bonos de deuda interna en el mercado primario con vencimientos en el 2024, 2026 y 2031, y rendimientos de 6,32 %, 8 % y 9,34 %, respectivamente.