Randall Zúñiga, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), pide a los diputados un presupuesto extraordinario para abrir, en el 2025, sedes de ese cuerpo policial en Bahía Drake, en la zona sur; y en La Cruz, en Guanacaste. Ambos puntos son estratégicos para combatir el narcotráfico y ninguno está debidamente protegido.
Las lanchas provenientes de Colombia llegan a puntos estratégicos del Pacífico Sur, como Osa, Puerto Jiménez, Corredores y Punta Burica, porque hasta ahí alcanza la autonomía proporcionada por su carga de combustible. Otra ruta va de Colombia a la zona de Cuajiniquil. A pesar de eso, el experimentado jefe policial no recuerda cuántos años han pasado desde el último decomiso de droga por el Comando Norte.
El ex viceministro de Seguridad Martín Arias Araya, director de Guardacostas durante 17 años, hasta su jubilación en febrero, destacó en declaraciones ofrecidas en octubre la importancia de la sede del servicio en Drake para vigilar el triángulo de Osa, conformado por la isla del Caño, Corcovado y Sierpe, por donde ingresan lanchas cargadas de drogas.
Es una zona muy despoblada, rodeada de áreas silvestres protegidas, y ofrece la oportunidad de pasar inadvertido por los canales de Sierpe hasta tierra adentro y, después, a la carretera Interamericana Sur, desde donde cruzan hacia el Caribe para reexportar la cocaína a Europa y Estados Unidos desde los puertos de Limón. También trasladan la droga a aeródromos clandestinos, a puerto Caldera y otros destinos.
El puesto de Drake, en la península de Osa, estrenó un edificio hace dos años y lo convirtió en base del Grupo de Operaciones Policiales de Guardacostas (Gopes), un equipo de más de 30 agentes entrenados por las fuerzas especiales de EE. UU. y Guardacostas de Colombia, y Panamá.
Arias lamentó el cierre del puesto y, a partir de ese momento, se desató una polémica, no sobre el abandono del punto estratégico sino sobre el origen de la orden. El viceministro Manuel Jiménez Steller señaló a Arias como autor de la instrucción que, en junio del 2023, trasladó al Gopes a Golfito, dejando solo dos oficiales para cuidar el local de Drake.
El cierre, respondió Arias, fue temporal, para sortear las altas mareas que afectan a Drake dos veces por año. Por otra parte, afirmó, los oficiales especializados patrullaban el área, desde su sede temporal, para no dejarla completamente al descubierto. Ahora, las declaraciones de Zúñiga parecen dar la razón al respetado exdirector de Guardacostas, tanto sobre la importancia del puesto como sobre su desprotección.
El 28 de octubre, poco después de desatada la polémica, el ministro de Seguridad, Mario Zamora, y el viceministro Jiménez comparecieron ante la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa donde afirmaron que mientras el cuerpo élite de Guardacostas operó en bahía Drake, en el 2023, solo decomisó 6,7 toneladas de droga pero, en el 2024, después del traslado a Golfito y Quepos, incautó 11,9 toneladas.
La información avivó las dudas. Estadísticas divulgadas por el propio Ministerio de Seguridad Pública (MSP) difieren de las citadas por los jerarcas. En solo cuatro meses de operación del puesto, los guardacostas habían incautado casi 8,2 toneladas de droga, dijo el despacho el 14 de abril del 2023. Ante las preguntas de los diputados, Zamora y Jiménez no lograron aclarar la diferencia.
La comisión legislativa podría volver a convocar a Arias en enero. Debería hacer lo mismo con Zúñiga y, de ser necesario, con los altos mandos del Ministerio de Seguridad. Es indispensable aclarar la situación del puesto de Drake, despejar las dudas sobre su utilidad y considerar detenidamente las peticiones del OIJ para extender su vigilancia a ese puesto estratégico y también a La Cruz.